Prohibir y castigar la prostitución aumenta las violaciones

Hasta ahora era solo una intuición, algo que repiten las prostitutas: «si no existiera nuestro trabajo el grado de violencia en la calle contra las mujeres aumentaría». Pero no había evidencia científica de esta relación. Ahora un trabajo publicado por el Journal of Law and Economics, y firmado por los investigadores Huasheng Gao y Vanya Petrova, de la Fudan University concluye que existe una relación entre las políticas de prohibición de la prostitución y el aumento de las violaciones. Además de esa conclusión, lo interesante es que el trabajo de estos dos investigadores toma como base las legislaciones en países europeos.

En el artículo publicado, Huaseng Gao y Vany Petrova investigan los efectos producidos por las políticas en relación a la prostitución y su relación con las violaciones durante los últimos treinta años. Y la conclusión de los investigadores es contundente: «la prohibición del comercio sexual conduce a un aumento significativo de las tasas de violaciones y su liberalización da como resultado una disminución significativa en las tasas de violaciones».

la ley del psoe dice que las prostitutas podrán ejercer su trabajo en camionetas o en la calle, pero nunca en un local de terceros.

En sus conclusiones, añaden que el llamado modelo Nordico, en el que se han basado las legislaciones prohibicionistas, como la que se estudia ahora en España a propuesta del PSOE, tienen un efecto fuerte en el aumento de la violencia sexual contra las mujeres, mientras que las iniciativas que han liberalizado el comercio sexual presentan evidencias sólidas de reducción de las violaciones. «Nuestros resultados -concluyen los investigadores- sugieren que las políticas destinadas a prohibir la prostitución pueden tener graves efectos no deseados consecuencia de la proliferación de la violencia sexual».

El campo investigado es el de las naciones ricas industrializadas de Europa. Los investigadores de la Universidad de Fudan añaden que las conclusiones podrían ser diferentes para países en desarrollo. En el caso de Europa la evidencia es contundente. El estudio llega en un momento de debate en España, donde las políticas se orientan hacia la prohibición, y en Portugal, que se dirigen en sentido contrario, hacia la regulación.

Lo que sorprende es que en el debate español no exista ninguna aportación científica que haya estudiado las posibles consencuencias de una legislación que, tal y como está planteada, supone el desahucio de las mujeres que ejercen la prostitución de pisos y locales. El nuevo concepto de proxenetismo que maneja el PSOE lleva a la consideración de proxeneta a todo el que alquile un piso a una prostituta, preste servicios auxiliares a su trabajo, o se beneficie del mismo. Es decir que las prostitutas podrán ejercer su trabajo en camionetas o en la calle, pero nunca en un local de terceros. El problema, como en el franquismo, vuelve a ser dónde se realiza el trabajo. Recuerden que durante la dictadura, se toleraba la prostitución siempre que se hiciera en burdeles ocultos. La nueva propuesta de ley socialista nos traslada al pasado. Las mujeres podrán prestar servicios en el interior de una roulote pero nunca en una casa alquilada.

Otras evidencias científicas, señaladas por organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, apuntan a que enviar a las mujeres que ejercen la prostitución a la clandestinidad supone un aumento exponencial de las tasas de violencia que sufren: atracos, estigmatización, marginación, vulnerabilidad ante las redes de trata de mujeres, y más riesgo de enfermedades de transmisión sexual. En países donde la policía persigue a los clientes, estos se niegan a utilizar el preservativo, para evitar pruebas de comercio sexual.