Repensar el sexo, de Christine Emba, o el camino para recuperar el sentido


Rethinking Sex. A Provocation
. Christine Emba. Sentinel

En una época en la que el sexo se ha desvinculado —casi por completo— del amor, del compromiso y hasta del respeto mutuo, Christine Emba, columnista de The New York Times, lanza una provocación necesaria: Rethinking Sex no es sólo una crítica a los excesos de la cultura sexual contemporánea, sino una llamada a la restauración de un ideal ético que devuelva profundidad y sentido a nuestras relaciones íntimas.

rethinking sex

Publicado originalmente en 2022 y ahora recuperado con fuerza por editoriales europeas interesadas en el debate cultural, el ensayo parte de una constatación inquietante: la llamada “liberación sexual” ha producido no sólo mayor libertad, sino también una epidemia de desencanto, arrepentimiento y desconexión emocional. “La gente tiene más sexo —y más diverso— que nunca”, escribe Emba, “pero rara vez sale satisfecha de ello”.

El título ya anuncia el gesto: rethink, repensar. No se trata de moralizar ni de regresar nostálgicamente a la mojigatería de antaño, sino de aplicar una mirada crítica —y valiente— a los discursos dominantes que han convertido el deseo en consumo, el consentimiento en único criterio, y el cuerpo ajeno en territorio sin alma.

Una crítica al consentimiento como estándar mínimo

Una de las tesis más incisivas del libro es la insuficiencia del consentimiento como único marco ético para juzgar la calidad de un encuentro sexual. En la actualidad, basta con que ambas partes digan “sí” —aunque ese sí esté cargado de inseguridad, presión social, manipulación emocional o pura indiferencia— para que la relación se considere legítima. Pero Emba plantea: ¿es eso suficiente?

“No es sólo que algunas experiencias hayan sido coercitivas o violentas. Es que muchas fueron simplemente… vacías. Y aún así, se consideran normales”. El resultado es una cultura en la que el sexo, desprovisto de significado, se convierte en una forma de narcisismo compartido, sin atención real al otro ni a las consecuencias emocionales del acto.

Emba rescata testimonios de jóvenes que practican sexo ocasional como si fuera parte de un guion impuesto, y que luego sienten confusión, dolor o insatisfacción sin tener siquiera el lenguaje para expresar su malestar. “No saben por qué se sienten mal, porque les han dicho que han hecho todo bien. Que el consentimiento basta. Que esto es libertad. Pero no lo es”.

¿Hacia una ética sexual conservadora?

Aunque Emba no se define explícitamente como conservadora —de hecho, su lenguaje y sus fuentes tienen un pie en la academia progresista— su propuesta resuena con muchos valores tradicionales. Reclama un retorno a la responsabilidad, a la atención al otro, al cuidado como fundamento del vínculo íntimo. En un momento especialmente valiente, se atreve a decir que “el sexo debería ser significativo. Y para eso, probablemente deba estar ligado a algo más que el deseo inmediato: a la intimidad, al amor, incluso al compromiso”.

Esta afirmación, que para muchos puede sonar provocadora en el contexto cultural actual, representa una rehabilitación del viejo ideal del amor romántico y del sexo como expresión de entrega mutua. No hay en Emba ni tono moralista ni nostalgia reaccionaria, sino una defensa racional de una ética relacional que ha sido arrinconada por el mercado del deseo.

Su crítica al feminismo sexual hegemónico —ese que promueve una libertad sexual sin límites, sin juicios y sin culpa— es sutil pero firme: “Algunas de las mujeres que conocí se consideraban empoderadas. Pero su empoderamiento pasaba por tolerar el mal sexo, no por exigir algo mejor”.

Una lectura que incomoda y despierta

Rethinking Sex no ofrece soluciones fáciles, y tampoco idealiza el pasado. Reconoce los errores de los modelos tradicionales —la represión, el silencio, la doble moral— pero también insiste en que la solución no puede ser el hedonismo vacío ni la cosificación mutua legitimada por el consentimiento mínimo.

El libro incomodará a quienes defienden un liberalismo sexual sin matices, pero resultará revelador para un lector que, sin renegar de la modernidad, valora la profundidad ética de los vínculos. No es un libro religioso ni dogmático. Pero sí es un libro con valores. Y en tiempos de relativismo y sentimentalismo fácil, eso es mucho decir.

Christine Emba, nacida en Virginia y formada en Princeton y la London School of Economics, escribió en The Washington Post sobre ética, religión y cultura y ahora lo hace en The New York Times. Su estilo combina la claridad periodística con la hondura filosófica. Con Rethinking Sex, se ha consolidado como una de las voces más lúcidas del nuevo pensamiento crítico sobre sexualidad y afectos. Un libro valiente que invita no a prohibir, sino a pensar. No a retroceder, sino a elevar el estándar.

Marianne Échiré
Marianne Échiré
'Gourmet' y 'gourmande', adoro cocinar y disfrutar de la buena mesa, sobre todo en compañía. Soy exigente y quiero pensar que también justa en mis críticas. Y sé que hasta del más humilde tengo algo que aprender.

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