Es cierto que en la avenida de Menéndez Pelayo no hay barracas. Que en el Retiro no hay cañas, el barro sólo aparece en días de lluvia y en vez de ‘albuferencs’ hay barcas de remos. Y no, en este restaurante no huele a leña de naranjo. Pero también lo es que en la casa de José Luis García-Berlanga frente al histórico parque madrileño se respira ambiente levantino. Que en el restaurante Berlanga los mejillones son clóchinas; las coquinas, tellinas; y esa ensalada de verduras asadas, ‘esgarrat’. Y sí, los arroces conseguirían el visto bueno del más inquisidor de los inspectores de la Academia de Gastronomía de la Comunidad Valenciana.
Así es, en el restaurante Berlanga es una embajada de la gastronomía levantina en Madrid. Aquí donde se cruzan los caminos, tendrán los arroceros un nuevo punto de encuentro. Aquí donde el mar no se llega a concebir, encontrarán los mejores productos mediterráneos. Aquí donde el sol es una estufa de butano, disfrutarán propios y extraños del frescor de la tarde en su terraza con vistas al parque del Retiro.
La casa de José Luis García-Berlanga
Recién abierto cuando una pesadilla en forma de pandemia entró en nuestras vidas. Pionero en lanzarse al ‘delivery’ en pleno confinamiento. Incansable en los altibajos de las desescaladas, el restaurante Berlanga, la casa del primogénito del famoso cineasta, se ha consolidado como una dirección imprescindible donde encontrar las recetas levantinas tradicionales.
Con una carta que va mucho más de los arroces, que justificarán por sí mismos la visita, demuestra que a 400 kilómetros de su origen puede uno sentir el peso y el calado de las tradiciones de la terreta. ¿Secretos? Respeto por el recetario más tradicional levantino y producto de la despensa mediterránea.
A la mesa del restaurante Berlanga
Mantengan la calma los arroceros, que hacemos parada previa en esos otros platos que no por estar a la sombra de una paella deban ser menospreciados. Como los basados en el producto de temporada que les entra a diario desde el puerto castellonense de Burriana. Como sus Salmonetes o Boquerones fritos. Las Tellinas o coquinas con ajo y aceite, las Rabas de calamar de potera, Puntillitas de calamar, Sepionet…
Mención especial en este primer envite del restaurante Berlanga para sus Clóchinas, pequeños mejillones del Mediterráneo en tamaño pero potentes en sabor y que se crían en aguas de Valencia. O su Esgarrat con bacalao desmigao, con alma de escalivada a base de berenjenas, cebolla y pimientos asados.
Arroces y paellas
Llegado el momento, necesitarán una mesa de apoyo para recibir a su majestad el arroz. Elaborados con las variedades albufera y sendra, cultivadas ambas en el Parque Natural de la Albufera, se sirven en su punto exacto de cocción y reposo, listos para trasladarse al Mediterráneo. Los más habituados, sólo echaran de menos tiznarse con el hollín del naranjo al rozarse con la paella.
En su carta actual, algunos de estos arroces requieren de un encargo previo de al menos dos horas, como la Paella Valenciana, la Paella de Verduras, el Arroz del Senyoret o la Paella de Salmonetes y ajos tiernos, por lo que se recomienda avisar si se va a optar por uno de estos arroces a la hora de reservar. Más exigente es el Arroz negro de Sepia, que exige de un encargo previo de al menos un día antes y un mínimo de cuatro personas.
Para los menos previsores, esos de llegar a mesa puesta sin reserva previa ni tiempo para realizar ciertas elaboraciones, también hay opciones. Arroz a Banda, Paella de Puerro y Rape, Paella de Espinacas y Gambón, Arroz de Bacalao, Coliflor y Cebolla o el Arroz de Secreto y bombitas de Tocino ibérico con Pimientos verdes.
Algunas opciones para no arroceros
Si con todo no son de arroces, háganse fuerte en los entrantes y añadan un principal a su comanda entre la Merluza a la romana, la Carrillera de ternera, el Steak tartare, las Chuletitas rebozadas con Pimiento de Padrón… En cualquier caso, escuchen al personal de sala, atento siempre a las necesidades del comensal, sobre posibles fuera de carta.
Postres caseros, como su Torrija briochelle, la Tarta de queso (sin gluten) o la Tarta fina de manzana, y su carta de bebidas completan la oferta. En esta última, además de los vinos, donde destaca una selección de finos y generosos, encontrarán variedad de cervezas de grifo y tercios con marcas valencianas y de vermús, además de cócteles clásicos.
Amplio y acogedor
Con un local amplio en su interior y dos terrazas en su exterior, coinciendo con sus dos entradas por Lope de Rueda o Menéndez Pelayo, el restaurante Berlanga tiene un ticket medio en torno a los 50 euros. Presume de amplitud gracias al proyecto del estudio de arquitectura EMO y de ambiente acogedor, tras la decoración de Pepa Vela Zanetti, que integró algunos de los muebles de la familia García-Berlanga.
Es el restaurante Berlanga una excelente opción para disfrutar de una cocina regional sin salir de la capital. No es la única. FANFAN viene recogiendo otras. Como esas casas de comidas de Palencia o Soria en pleno Barrio de Salamanca. Alta cocina canaria en el Barrio de las Letras…