En FanFan nos hemos sentado a conversar con Ricardo Gómez, consultor, experto en reputación y en comunicación, para analizar cuatro casos que están la primera plana de la actualidad. Boris Johnson está en la cuerda floja por sus fiestas en Downing Street mientras exigía a la población británica que se confinara en casa. Novac Djokovic se ha enfrentado al gobierno de Australia por su decisión de no vacunarse. Al final ha quedado como mentiroso y ha sido deportado del país sin poder competir en el Open. Garzón se fue a la prensa británica a decir que la carne que exporta España es de mala calidad. Es lo que ha provocado el escándalo y no, como afirman algunos, el debate sobre las macrogranjas. Y finalmente, Iberdrola se enfrenta a una crisis de reputación por el caso judicial del espionaje de Villarejo, en el que la compañía y su presidente, están envueltos.
Muchos casos, muchos debates: Djokovic, Garzón, Boris Johnson, y el caso Iberdrola, o Iberdrola frente al caso Villarejo. A Iberdrola le ha costado una operación de más de ocho mil millones de dólares, frustrada por estar inserta la compañía en un asunto judicial turbio que afecta a su propio presidente Ignacio Sánchez Galán. Ricardo Gómez ve similitudes entre la situación de Boris Johnson y Sánchez Galán: «la actitud con la que ha respondido Iberdrola ante el caso Villarejo, que es lo relevante, hace que Sánchez Galán aparezca como el culpable de entrada. No tiene el beneficio de la duda, y eso tiene un peso en la repercusión internacional y en las decisiones que se toman. El error ha sido su actitud. Quedarse parado y escondido es más negativo que hacer aspavientos. Se le ha asignado a la cuestión jurídica, por parte de Iberdrola, un peso excesivo. Es probable que sea desimputado, pero por el camino puede que te dejes la presidencia ejecutiva de la compañía».
Sostiene Ricardo Gómez que el presidente Sánchez nunca ha transmitido confianza. Su éxito se debió a la habilidad de presentarse como una opción centrada frente a la llamada «foto de Colón». El caso Garzón no ha hecho más que empeorar la valoración y la percepción de Sánchez, del gobierno y de los socialistas. «La percepción del gobierno y de su presidente es cada vez más negativa. Ha perdido cinco o seis puntos de intención de voto. Es curioso porque normalmente en las coaliciones suele ser el partido más grande el que optimiza la gestión del gobierno. Nos tenemos que preguntar si en este momento no es Podemos/Yolanda Díaz quien ha optimizado más la plataforma que monte Díaz. Eso debería llevar a una reflexión en el gobierno. Esto cae sobre una mala reputación de Sánchez».
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