viernes, marzo 29, 2024

‘Historias del toreo’: un traje de luces, bordado sobre la historia de España

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Historias del toreo que nunca te contaron. Paco Aguado. El Paseo Editorial

Paco Aguado, autor de Joselito El Gallo, rey de los toreros, ha reunido en este tomo de El Paseo Editorial no solo un puñado rico y variado de historias que tienen que ver con la tauromaquia sino que, vistas en conjunto, forman una historia de España. Una historia desarrollada en la plaza, o que al menos tiene su reflejo en lo que ocurría en las plazas de toros, que cuando no se llenan de aficionados, se convierten en lugares para el mitin, la cita política. En la plaza, como señala Ortega y Gasset, se celebra una aproximación a la democracia en cada lidia. Por eso, añade el filósofo, “no se puede comprender bien la historia de España, desde 1650 hasta hoy, quien no se haya construido con rigurosa construcción la historia de las corridas de toros en el sentido estricto del término.

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A ese principio parece obedecer el libro de Paco Aguado. Y lo hace con erudición, con ese gusto por el detalle riguroso, que permite aflorar una historia oculta, que nunca te han contado, dice el autor, y que nunca te van a volver a contar, añado yo, si no lees este libro. Historias del toreo es nuestra propia historia: “la historia de las corridas de toros revela alguno de los secretos más recónditos de la vida nacional española durante tres siglos. Y no se trata de vagas apreciaciones, sino que otro modo no pueden definir con precisión la peculiar estructura social de nuestro pueblo, durante esos siglos, estructura social que es, en muy importantes órdenes, estrictamente inversa de la normal en las otras grandes naciones de Europa”. Y aquí en este entrecomillado está de nuevo Ortega y Gasset.

Historias del toreo repasa la vida de la tauromaquia, la vida de las plazas, en todo el siglo XX. Y todo ocurre en ese ruedo que es metáfora de España, representación de nuestras alegrías y de las tragedias más atroces. La del 98 en primer lugar, que es el nacimiento del antitaurinismo, cuando los intelectuales dan la espalda al toreo. Miguel Hernández, popular y «táurico», romperá con esa corriente. El 36 es la segunda tragedia, y tiene reflejo en las plazas, primero con la tensión política, luego con la temporada más corta de lidia en todo el siglo XX.

 Está lector, ante un libro prodigioso, erudito, divertido, que llena de sentido una historia que, hoy, por motivos de puritanismo político, de cultura mal entendida, nos han hurtado, nos hemos dejado robar. Aguado borda un traje de luces sobre la historia de españa

Aguado repasa y va cosiendo a la historia de España un traje de luces, en el que brillan Belmonte, Dominguín, Picasso, Hemingwhay, Orson Welles. Estos, muy conocidos. Menos popular es la historia de Erik el Rojo vestido con traje de luces. Y hoy es desconocida, porque la izquierda ha renegado de ella, la historia de cómo lo primero que hicieron los comunistas nada más ser legalizados, fue organizar corridas, en las que se vio a Carrillo, a Alberti, a los dirigentes del Partido Comunista. Mundo Obrero, el periódico del partido, tuvo su sección de toros, y su crítico de lidia. CCOO y UGT sus secciones sindicales de trabajadores de la tauromaquia.

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Luego llegaría la Movida, y las izquierdas culturales tomaron los ruedos. Ruiz Miguel, Esplá y su circo de banderillas, volteretas y quiebros, celebrados en los tendidos. Y por último la generación de José Tomás, de el Juli, de Talavante. Aguado tiene además otro gran mérito: es un escritor con perspectiva. No se conforma con lo que pasa en los ruedos: analiza derivadas culturales, pone en juego a Yukio Mishima, se adentra en el significado de la tauromaquia en las culturas antiguas. Está lector, ante un libro prodigioso, erudito, divertido, que llena de sentido una historia que, hoy, por motivos de puritanismo político, de antiespecismo, de cultura mal entendida, nos han hurtado, nos hemos dejado robar.

Vamos a terminar con otra cita de Ortega. Disculpará el lector el largo párrafo, pero no hay nada que sobre. Es una invitación intelectual a entender, a comprender el toreo, y a los que lo practican. A quienes va dedicado el libro de Aguado, a los que «desde el segundo plano guardan y transmiten la memoria íntima del toreo, tan distante de la versión oficial». Dice Ortega: “no soy un aficionado a los toros. Después de mi adolescencia son contadísimas las corridas de toros a las que he asistido; las estrictamente necesarias para poder hacerme cargo de cómo iban las cosas. En cambio he hecho con los toros, lo que no se había hecho: prestar mi atención con intelectual generosidad al hecho sorprendente, que son las corridas de toros, espectáculo que no tiene similitud con ningún otro, que ha resonado en todo el mundo y que, dentro de las dimensiones de la historia española en los dos últimos siglos significa una realidad de primer orden”.

Alfredo Urdaci
Alfredo Urdaci
Nacido en Pamplona en 1959. Estudié Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Premio fin de Carrera 1983. Estudié Filosofía en la Complutense. He trabajado en Diario 16, Radio Nacional de España y TVE. He publicado algunos libros y me gusta escribir sobre los libros que he leído, la música que he escuchado, las cosas que veo, y los restaurantes que he descubierto. Sin más pretensión que compartir la vida buena.

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