Krakauer Esencial. Reflexiones sobre el riesgo y la condición humana. Jon Krakauer. Ilustraciones de Laura Borrás. GeoPlaneta.22,90 €
Krakauer Esencial son nueve grandes reportajes y una conferencia, que es la que cierra este volumen. Es un libro que recopila trabajos periodísticos, y como pretende ser «esencial», reúne trabajos de diferentes épocas. Los temas en los que se fija Krakauer son también diversos: el surf, la espeleología, el paso del hombre en la cumbre de un volcán, los campamentos que ofrecen naturaleza y disciplina para educar a los chicos díscolos de la clase media. O la vida de un arquitecto que es a la vez albañil y que antes de construir una casa vive semanas sobre el terreno para escuchar lo que le dice la parcela y su contexto. Es decir, Krakauer es un periodista que escribe sobre la condición humana, la explora, y la estudia en los terrenos de la frontera, en el riesgo, en la incertidumbre, en la aventura.
Del surf y la fama, a la leyenda
Krakauer esencial comienza con un reportaje sobre Mark Foo, un joven surfista que persigue la ola esencial. El centro de la historia es la muerte de Foo, que pierde de la vida al intentar cabalgar una ola colosal en la costa de California. Los hechos suceden en Waime Bay, un lugar de culto para la «hermandad de las olas grandes». Foo es un joven fanfarrón y petulante que llega a Waimea con una autoestima subida de tono. «Desde un punto de vista de ejecución, no creo que nadie surfee Waimea mejor que yo«, dice a la prensa después de una de sus hazañas.
En Waimea el rey era, hasta ese momento, Ken Bradshaw. El reportaje explora el mundo interior de la «hermandad de las olas grandes» del surf, y el sentido y las motivaciones de surfistas que persiguen olas que te pueden engullir y lanzarte contra un suelo de rocas afiladas. «En culturas que idealizan la valentía, cuanto mayor es el riesgo, mayor es el prestigio para aquellos que lo consiguen. Nadie lo entendió mejor que Foo«. El reportaje acaba siendo un relato sobre cómo Foo atravesó el dintel de la mera fama para convertirse en una leyenda.
Queridos hasta matarlos
Krakauer es aventurero y montañero. Así que en algunos reportajes habla de sus propias experiencias, de algunos encuentros con osos, o de las largas marchas por los parques naturales de Alaska. Su prosa se serena y contenida. En sus relatos no hay épìca ni excesos hormonales. La austeridad y la concisión, la frase elemental, casi desnuda, es una lección que dio Heminghway en la mitad del siglo pasado, y Krakauer la practica con resultados magníficos. Como montañero, Krakauer ha conocido a un buen número de personajes excéntricos, obsesionados con la montaña, genios de carácter maldito, que arrastran una fama legendaria de monstruos impopulares.
Pero Krakauer no es un escritor de un solo tema. La etiqueta de aventurero de montañas no le favorece. Cuando cierras este libro extraordinario reconoces su capacidad para descubrir los asuntos más interesantes y hacerse las preguntas fundamentales. Queridos hasta matarlos es, en ese sentido, y siempre en opinión de quien esto escribe, un gran reportaje conmovedor y magníficamente resuelto.
Krakauer investiga el negocio de los campamentos para muchachos díscolos de la clase media. Miles de padres confían sus hijos a empresas que utilizan métodos inhumanos para «enderezar» la conducta de chicos y chicas. El relato, minucioso, bien construido, complejo, sin apenas adjetivos, te deja sin respiración. Porque en él se cruzan padres desesperados que aman profundamente a sus hijos, instructores convencidos de que el hambre y el frío cambian a las personas, hijos que aman a sus padres y se sienten abandonados, con un resultado de muerte y de taras psíquicas de por vida.
Sisífo y la necesidad eterna de volver a levantarse
El libro termina con un pequeño ensayo sobre la aceptación de la desgracia. En los reportajes de Krakauer hay muchos fracasados, muchas personas que caen, que pierden la vida por sus errores o por la fatalidad. Aparecen en los relatos sin grandes dramatismos. Recurre al mito de Sísifo interpretado por Albert Camus. El hombre es el ser que siempre se levanta por muy dura que haya sido la caída desde la ladera.
Este es un libro mayor. En el sentido de que habla de cuestiones humanas muy profundas, y lo hace a través de las vidas de personajes reales, de historias reales de personas como nosotros. La edición, por otra parte, es sobresaliente. Laura Borrás acompaña los reportajes con acuarelas esenciales, y la factura del libro es sólida y cómoda. Lo leerán en una tarde. Empezarán por surfear y acabarán queriendo una casa de las que construye Christopher Alexander, ese arquitecto que enmienda los planos de la arquitectura moderna, tan alejada de la naturaleza y de lo humano esencial.
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