El arte y la literatura. García Lorca y Lita Cabellut, la mujer que cuando pinta lo hace con dolor. Ahora unidos en un libro que es un objeto de arte, como los que fabrica Artika, una marca que ha dedicado obras a Plensa, a las mujeres neumáticas de Botero o a Antonio López. Para la pintora que ha dedicado una parte de su obra a Camarón, que afirma que los negros de sus cuadros son notas musicales sacadas de las coplas del genio de la Isla, la visita a García Lorca parece una estación de paso natural, casi obligado.
Lita llega a la sala 39 de ARCO puntual, menuda y vestida de negro. Reparte sonrisas y abrazos. Hay prensa, pero también muchos amigos. Entre el público de la primera fila asoma Manuel Valls. Y el director de la revista Ars Magazine, Fernando Rayón. Al fondo, Francisco Carpio, crítico de arte de ABC y autor de los textos que explican en el libro la evolución de la pintora. Carpio nos explica el largo proceso para llegar hasta la publicación: «han sido cuatro años en los que hemos trabajado mucho, y en los que nos hemos hecho amigos, y la amistad de Lita Cabellut es lo mejor que me deja esta obra».
Alma, corazón y manos
Antes de subir a la tribuna confiesa que está nerviosa. Dice que los gitanos aseguran que si no hay nervios el duende no vuela y el arte se va. En el podcast que incorporamos en este artículo confiesa que se enfrentó con humildad al gigante de Lorca. «En esta obra he puesto mi alma, mi corazón y mis manos«, dice la artista. «Mi admiración es muy gran y mi temor también. Y para enfrentarme a este proyecto tuve que hacer ejercicios de humildad». En Bodas de sangre no hay nombres, dice Lita, y eso es para recordarnos que esos personajes son los nombres de hoy. «Bodas habla sobre la libertad del individuo, sobre la brutalidad y lo divino. Lorca nos ha hecho ver lo más horrible, pero siempre a través de la poesía y de la belleza».
Reconoce Cabellut que Lorca le ha cambiado en este proceso que ha durado cuatro años: «Quiero agradecer a Artika que me haya permitido hacer algo a lo que yo nunca me habría atrevido».
La pasión es el blanco, la luz el negro
Cabellut dice que la reflexión sobre Bodas de sangre es algo abstracto y filosófico que le ha acercado a la realidad, a la parte visible del teatro: «me intrigaba mucho la parte abstracta y geométrica que tiene Lorca. Es algo que no podemos poner en cajitas. Pensé en cómo interpretar el eco de lo que estaba viendo, la herencia genética y social que forma el espíritu de las personas. Lorca habla de todos nosotros, y esa es la parte de los rodillos, que está detrás de la obra, ese el eco de todos nosotros en Lorca«.
Lita Cabellut habla del arte y de Lorca. Alguien le pregunta por sus lecturas del autor del Romancero gitano y Lita dice que leyó Bodas de sangre hace muchos años, y sintió conmoción sin llegar a entender a fondo la obra. La segunda lectura, para enfrentarse a este desafío fue más lenta: «El arte no se puede encasillar, no se puede retener, es algo que se renueva, se rompe y se construye, a medida de emociones, de experiencias y de momentos históricos, pero qué difícil es creer en algo así. Lorca me ha enseñado a hacer ejercicios de libertad, que es crear en algo más grande que el individualismo, que es el arte colectivo»
Una obra limitada
Lita Cabellut aborda también la nueva etapa de su pintura, de la que ya dimos algunos ejemplos en un artículo anterior en Fanfan: desmontar el lienzo de su bastidor para enrollar la tela y pisarla, arañarla, golpearla, para someterla al paso del tiempo, al deterioro del que está privada cuando sale del taller. La vimos hacerlo en el auditorio del Museo del Prado, ante una sala repleta que contenía la respiración. Los asistentes se acercaron a la mesa para llevarse los retos de la pintura, los cascotes que cayeron del lienzo, como si fueran reliquias.
El libro editado por Artika es un gran tomo en inglés y español, del que se han impreso 1998 ejemplares firmados por la artista, y en cuyo proceso Cabellut se ha implicado, desde el principio hasta el final. Cada ejemplar va acompañado del Libro de Estudios y de una lámina especial dedicada al Amor.
El libro incorpora textos de Francisco Carpio, crítico de arte de ABC y profesor de Estética y de Luis García Montero sobre la productor teatral del autor, centrada en Bodas de sangre.