Una escapada a la región portuguesa de Alentejo es un placer en sí misma. Pero si además se hace parada en sus bodegas, se degustan sus vinos y se disfrutan sus mesas, la visita se convierte en una experiencia sensorial para los cinco sentidos. Arranca la vendimia, hierven las bodegas en Alentejo, en la mejor época del año para disfrutar del enoturismo.
Y es que la región más grande de Portugal, Alentejo, tiene propuestas para todos los gustos. Porque Alentejo es naturaleza. Alentejo es patrimonio arqueológico, monumental y arquitectónico. Alentejo es gastronomía. Y en otoño, ante todo, Alentejo es bodegas, Alentejo es sus vinos.
Situada al sur de Portugal, entre el río Tajo y el Algarve, es una región extensa y principalmente rural. La belleza de su paisaje y la calidad de su junto con su excelente gastronomía y sus vinos y bodegas invitan, sin duda, a descubrir Alentejo y disfrutar de la naturaleza.
Riqueza en sus vinos…
La calidad de la tierra y de sus parajes, de sus cultivos y de sus afamados viñedos y bodegas hacen de Alentejo una región única para los amantes del enoturismo. Y es que el cultivo de la viña está muy extendido por toda la zona. En cifras, y según su patronato de turismo, el terreno dedicado a la viña supera las 22.000 hectáreas y alcanza a unos 250 productores, por lo que esta actividad está ya consolidada.
Hasta ocho denominaciones de origen forman esta región vitícola, como son Portalegre, Borba, Redondo, Reguengos, Vidigueira, Évora, Granja/Amareleja y Moura. Debido a su diversidad y riqueza, la visita puede realizarse a través de sus tres rutas del vino: la ruta de S. Mamede, al norte, con vinos intensos y aromáticos; la ruta histórica, que recorre todos los viñedos del centro del Alentejo, como Borba o Reguengos de Monsaraz; y la ruta del Guadiana, que sigue el río que le da nombre.
Además, la Asociación Ruta de los Vinos de Alentejo ofrece la posibilidad de reservar visitas guiadas a las bodegas de la región y catas de sus vinos.
… y riqueza en sus mesas
Pero, como decíamos, Alentejo es bodegas, es vinos pero también es gastronomía, con una rica oferta basada en la materia prima local y que varía según caen las hojas del calendario y avanzan las estaciones, con sus productos de temporada.
Así, si aceites de oliva, hierbas aromáticas y productos procedentes de sus cereales hacen de hilo conductor, en Alentejo hay platos para todos. Los carnívoros disfrutarán de las carnes de sus rebaños que pastan en libertad y con certificación, a los que añadir sus platos de caza.
Y al igual que sus bodegas son diversas, también hay variedad en las mesas de Alentejo, pues en la costa hay que optarpor sus pescados y mariscos, a los que complementan platos tan autóctonos como el de las anguilas de Lagoa de Santo André.
Opciones para todos
Y si Alentejo en esta época del año es un destino único para los amantes del enoturismo, también hay opciones para aquellos que este año tan distinto no quieran moverse mucho. Desde conocer las bodegas de Ribera del Duero a golpe de ratón a disfrutar de un buen caldo en un picnic en el Retiro o conocer uvas y denominaciones andaluzas junto a las murallas de la capital.