Tienen las empanadas Malvón un aspecto tentador. Son perfectas en su curvatura y en su tono dorado que invita a probarlas. El primer mordisco lleva a un segundo y aquí se acaban las buenas intenciones de compartirlas con el resto de los comensales. Las hay de pastrami con cebolla caramelizada, de pollo thai con leche de coco, de curry y cebolla y de costillas a baja temperatura. Pero vayamos por partes.
Empanadas individuales horneadas a diario
En estos tiempos tan raros hay que reinventarse para que estar en casa no nos prive de la hora del aperitivo o de disfrutar de comer sin encender los fogones. Las empanadas argentinas de Malvón, son una alternativa sabrosa y ligera al take away tradicional: horneadas a diario, con una variedad de sabores notable y con productos naturales. Empanadillas y croquetas han sido siempre acogidas con entusiasmo en las mesas españolas. Se adaptan a ser un tentempié, pueden formar parte de una comida más completa y se pueden consumir en cualquier sitio sin miedo a arruinarnos la ropa. La versión argentina de este clásico es más ligera, al cocinarse al horno en lugar de frita.
Dieciocho originales variedades
En la versión de Malvón este plato de la comida criolla se convierte en un bocado gourmet gracias a nada menos que a 18 variedades. Algunas son tan originales como confit de pato, rabo de toro estofado, pollo thai o costillas barbacoa. Para los menos atrevidos están las clásicas de jamón y queso, pollo o atún.
De entre las degustadas por quien escribe estas líneas, destacan las de carne picante. Muy sabrosas, aderezadas con aceitunas y con el humilde y siempre agradable huevo duro que liga y suaviza el relleno. Las que combinan el queso con jamón o con cebolla también muy ricas, aunque menos sorprendentes. La menos lograda, la caprese, quizá porque rellenar una empanada de ensalada parece un poco arriesgado…La masa de las empanadas Malvón se deshace en la boca y consigue que el compacto relleno no las humedezca y las arruine. Tiene la cantidad de grasa justa para hojaldrarla sin hacerla pesada. Toda una hazaña.
Por su variedad de sabores y con catorce puntos de venta, no hay excusa para no probarlas. Son, además, una opción perfecta para llevar de viaje o cuando vamos de invitados. No son aparatosas, no manchan, están ricas y ¿a quién no le gusta una buena empanada? Pruébenlas, y ya nos contarán.
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