Perdidos entre ideologías. Cómo interpretar la vida política actual. Jason Blakely. Traducción de Diego Pereda Sancho. Ediciones Rialp
Perdidos entre idologías («Lost in Ideology: Interpreting Modern Political Life») de Jason Blakely ha recibido una recepción muy positiva. El texto ha sido elogiado por su originalidad, claridad y relevancia en el panorama político actual. Blakely es profesor asociado de Ciencia Política en la Universidad Pepperdine de Malibú y en el libro nos ayuda a orientarnos en un mundo en el que los hechos han dejado de contar cuando tratamos con víctimas de la ideología: «los argumentos racionales resbalan sobre su cerebro como las gotas de lluvia por una cúpula de granito».

Blakely se aventura en el denso y a menudo confuso terreno de las ideologías políticas modernas. Lejos de ofrecer una condena simplista de la ideología como mera «falsa conciencia» o dogmatismo, Blakely propone una interpretación más matizada y fundamental: la ideología como un sistema cultural de creación de sentido, esencial para que los seres humanos se orienten en un mundo político complejo. Esta perspectiva es uno de los puntos fuertes del libro, ya que eleva el concepto de ideología de una connotación peyorativa a una función inherente a la experiencia humana.
El autor emplea la metáfora de las ideologías como «mapas» que nos ayudan a navegar la realidad política. Estos mapas, aunque indispensables, también tienen limitaciones: iluminan ciertas áreas mientras oscurecen otras, y el peligro radica en confundir el mapa con el territorio mismo. Blakely sostiene que gran parte de la polarización y la incomprensión actuales se deben precisamente a que las personas se «pierden» en sus propios mapas ideológicos, lo que dificulta la comunicación y la empatía con aquellos que se guían por mapas diferentes. Pero además, Blakely es muy preciso a la hora de detectar contaminaciones ideológicas. Las ideologías no son departamentos estancos, sino más bien estructuras líquidas, que evolucionan, toman modos y esquemas unas de otras, y se mezclan en una permanente contaminación de esquemas y formatos. Las ideologías son híbridos. Aquello de que «los extremos se tocan» se demuestra en este libro con exactitud.
Un mapa de los sistemas ideológicos
El libro es una propuesta muy interesante, por su capacidad para combinar una prosa concisa y legible con un análisis riguroso. A pesar de la amplitud del tema, Blakely logra ofrecer perfiles «concisos pero exhaustivos y bien enmarcados» de las principales corrientes ideológicas de los últimos doscientos años, incluyendo el liberalismo, el conservadurismo, el republicanismo cívico, la supremacía blanca, el progresismo, el socialismo, el comunismo, el fascismo, el nacionalismo, el feminismo y el multiculturalismo. La habilidad de Blakely para presentar estas ideologías de manera «notablemente equilibrada», buscando comprender los «bienes genuinos» que cada una intenta proteger, es particularmente apreciada. No se trata de un simple catálogo, sino de un esfuerzo por habitar provisionalmente estos sistemas ideológicos para entender su atractivo y sus lógicas internas.
Aunque el libro no pretende ser una investigación histórica exhaustiva, sino más bien una guía interpretativa, una mayor referencia a las fuentes podría haber fortalecido aún más sus argumentos para un público académico más riguroso. Además, si bien Blakely logra ser «crítico y justo» con cada ideología, el desafío inherente de la obra radica en convencer a los lectores de que «se enamoren un poco menos de su propia ideología» y desarrollen una comprensión más matizada de las demás. Esto requiere una apertura mental por parte del lector que el libro busca fomentar, pero que puede ser difícil de lograr en un entorno político tan polarizado.
En resumen, Perdidos entre ideologías es una obra «esencial» y «humana» para entender el presente político. Su principal virtud reside en su enfoque innovador de la ideología como una necesidad humana de creación de sentido y en su invitación a la humildad intelectual. Blakely no solo ofrece una guía esclarecedora a través del laberinto ideológico moderno, sino que también modela un enfoque generoso y esperanzador para el debate político, algo que hoy necesitamos, quizá ya de forma desesperada. Es un libro que, podemos decirlo, consideramos una lectura obligatoria para cualquier persona interesada en comprender las complejidades de la vida política contemporánea y, en última instancia, para fomentar una ciudadanía más informada y empática.