‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’ es ante todo ansia de creación, ganas de romper con lo tradicional y ganas de establecer nuevos valores en la sociedad postfranquista que tiene ganas de empezar a revivir después de la dictadura.
Aprovechando que Movistar+ nos introduce en el mes de Pedro Almodóvar, en FanFan analizamos la célebre ópera prima del director manchego
Bajo presupuesto y originalidad a raudales
En 2019 Pedro Almodóvar podría conseguir un nuevo Óscar por “Dolor y gloria”. Está nominado y parece que tiene bastantes posibilidades. En 1980 empezaba en esto del cine, con bajo presupuesto, y a base de reunir un poco de dinero con amigos como Carmen Maura o Félix Rotaeta, para su ópera prima ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’.
El título ya dice bastante de la originalidad de la película. Nos vamos a meter en el llamado “universo almodovariano”, como quien no quiere la cosa.
El argumento sigue resultando insólito en la actualidad. Por lo tanto, en aquel momento debía ser totalmente rompedor. Tanto que en San Sebastián la película no tuvo especial mención, pero se adivinaba ya el complicado y original mundo de Almodóvar, que desarrolló en su filmografía posterior y que le ha convertido en un director de culto y de fama internacional. Empieza a fraguarse el ideario cinematográfico del director español más universal. Para haberla escrito trabajando en Telefónica, su ópera prima a la larga dió para mucho y lo introdujo en el mundo del séptimo arte español.
No hay extrañeza en las cosas “extrañas”
Lo que tiene de nuevo ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’ es precisamente que las situaciones extrañas o transgresoras no son vistas como tal por quienes las crean, sino que se adoptan con total naturalidad. Ni a Pepi ni a Bom les extraña el masoquismo de Luci, lo ven como algo natural. En contra de lo que en aquella época podría ser la opinión social mayoritaria. Aunque digamos que en esto no te puedes fiar demasiado, las encuestas se dan de puertas para afuera, y lo que hay dentro de casa se mantiene en secreto.
La movida madrileña está en el trasfondo de la historia para divertirnos con fiestas como la de Erecciones Generales, llevarnos a conciertos donde se toca “Murciana Marrana” o a pisos donde se mezclan pintores con travestis que quieren violar al cartero que llama a la puerta. Este es un poco el escenario que nos encontramos
Pedro, ¡nos va la marcha!
Hay una frase que Pepi (Carmen Maura) repite varias veces: ¡Guarra, te va la marcha! Hoy en día esto sería como decir ¡te va el rollo, el rollete!, veo que quieres divertirte, veo que quieres pasarlo bien, hacer cosas un poco raras para acabar con el aburrimiento y también romper con la moral convencional y salirte de lo común. Más o menos.
Pues yo creo que en esta frase se resume muy bien ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’
Cierto que la marcha que le va a Luci es el masoquismo, disfruta sufriendo, pero ¿qué pasa?, ¿hay algo que diga que eso está prohibido?
Lo que ocurre es que no hay mejor torturador que el que tienes cada día a tu lado en casa, porque seguramente no hay nada más duro que aguantar cada día a tu pareja, a pesar de todo lo reconfortante que pueda llegar a ser.
Estamos en un universo en el que lo convencional ya no está de moda. Eso en 1980. No sé yo en 2019, cuando pienso, y esto es una opinión personal, que estamos volviendo en muchos puntos a un conservadurismo que no puede llevar a nada bueno.
Carmen Maura brilla con luz propia en Pepi Luci y Bom y otras chicas del montón
Además de ser la protagonista, ya irradia una luz especial Carmen Maura. Ella es la moderna en este trío tan raro. Tiene el dinero de su padre para experimentar. Y de esta forma crea su agencia publicitaria y quiere hacer un vídeo con la historia de sus amigas Bom (Alaska) una jovencísima punk sado, y Luci, la cuarentona casada con un policía cruel y despiadado que sin embargo a ella la trata como a una madre
Los iconos de Almodóvar, todos, presentes en Pepi, Luci, Bom…
Las mirillas circulares de las puertas (que veremos después en películas como Átame o Mujeres al borde de un ataque de nervios), los anuncios televisivos ridiculizados al máximo con el humor, las actuaciones de grupos musicales de la movida, la técnica para explicar determinados “hechos” (como la braga que cambia de color con el pis en el anuncio de “Ponte bragas”), los diálogos chistosos y llenos de imaginación, todo eso, está ya en la primera película de Pedro. Y todo eso, por cierto, le ha hecho ser lo que es hoy en día.
Quizá nada como ver esta película para empezar a aprender un poco sobre Pedro Almodóvar