En este aislamiento en el que vivimos desde que somos conscientes de los riesgos del coronavirus, hay un grupo que es el más vulnerable: los mayores. Son los que asumen un mayor riesgo. Un contagio de covid a una edad avanzada puede ser letal.
Por eso muchos se lo piensan a la hora de visitar a sus padres, por el temor a llevar en la visita un intruso viral. El peligro es que se queden solos, porque también son los que menos capacidad tienen de pasar el tiempo entretenidos. La mayor parte viven al margen de la red, y solo tienen la radio y la televisión convencional, ocupadas estos días en un único mensaje y sus derivados: el virus.
Esa es la razón que ha llevado a algunas asociaciones como CEOMA a lanzar una campaña de atención vigilancia y acompañamiento de los mayores en la que invitan a la participación de voluntarios y de empresas para mitigar la soledad de estas personas. ¿De qué forma? Con llamadas telefónicas periódicas, para saber cómo están, para saber si necesitan algo. En España hay más de 850.000 personas mayores de 80 años que viven solas en sus domicilios. A partir de hoy más solos todavía, porque en el fondo todos lo estamos.
Mensajes y comunicación
Pero no hace falta estar coordinados en asociaciones para ser activo. Todos tenemos mayores cerca, en nuestras familias, en nuestro vecindario. Les va a costar ir a la compra, por miedo, o por dificultades. No nos cuesta nada llamarles antes de hacer una incursión en el supermercado para ver si necesitan algo, o compartir con ellos una cuenta de una plataforma de televisión on line para que puedan disfrutar de una serie, o una película, o dejarles en la puerta una cesta con libros o revistas de actualidad. Cualquiera de las recomendaciones que hacemos en Fanfan les van a gustar.
Las noticias que escuchan estos días no son muy tranquilizadoras. NO solo por el coronavirus sino porque saben, se está repitiendo en las redes, con casos muy llamativos, que si ingresan en los hospitales, contagiados por el virus o con otras dolencias, los sanitarios van a priorizar la atención hacia aquellos pacientes que tengan más esperanza de vida. No estaría nada mal que las autoridades sanitarias buscaran una comunicación algo más humana. No hay necesidad de recordarnos que podemos perder a nuestros familiares. Ya lo sabemos, somos conscientes. Lo que sí necesitamos es que se nos diga que se está haciendo todo esfuerzo posible, como nos consta que se está haciendo, para cuidar de todos.