Carla Montero: «El reto fue mantener el listón en El medallón de fuego»

Buenas Carla, en primer lugar agradecerte de nuevo que concedas esta entrevista para Fanfan y a mí en concreto. Anteriormente hablamos de El jardín de las mujeres Verelli, pero ahora hablaremos de El medallón de fuego ¿Qué ha supuesto para ti reencontrarte con Ana García- Brest?

Ha sido una grata experiencia reencontrarme no sólo con Ana, sino con otros personajes de La Tabla Esmeralda. Retomarlos ha supuesto un reto diferente al de otras novelas, en las que he tenido que partir de cero para la construcción de los personales. En el caso de El medallón de fuego, los protagonistas de la trama del presente ya estaban construidos, ya aportaban su historia y sus vivencias, ya habían adoptado su propia voz a lo largo de La tabla esmeralda. Yo he tenido que escucharla para crear una evolución coherente de sus personalidades. No hubiera tenido sentido que fueran exactamente los mismos personajes de La tabla esmeralda, todos cambiamos con el paso del tiempo y de la vida, pero tampoco otros completamente diferentes y desligados de su pasado.

Para todos aquellos que no lo sepan (seguro que pocos lectores) Ana García- Brest es la protagonista de La tabla Esmeralda, tu consagración como escritoratras Una dama en juego. Esta historia enamoró al público y casi una década después vuelve ¿Por qué esa vuelta? ¿Es en parte un agradecimiento a los lectores? ¿Siempre pensaste en volver a escribir sobre ella?

Cuando terminé de escribir La tabla esmeralda, me quedé con la sensación de que los personajes del presente aun tenían más desarrollo. Pero en ese momento aparqué la idea; a veces, hay que dejar que las cosas maduren, que encuentren su ocasión. Lo cierto es que, a lo largo de estos casi diez años desde la publicación de La tabla, los lectores han coincidido conmigo en esa apreciación: me pedían saber más sobre Ana, Alain, Konrad, Martin… Eso, unido a otras tramas que revoloteaban en mi cabeza y que parecían encajar con el regreso de tales personajes, me empujó a abordar este proyecto de recuperar el universo de La tabla esmeralda.

Portada de 'La tabla esmeralda' de Carla Montero
Portada de ‘La tabla esmeralda’ de Carla Montero

Como ya hemos mencionado, han transcurrido más de ocho años desde La tabla Esmeralda y muchos escritores prefieren no volver a releer sus libros pero en este caso es casi una necesidad a la hora de ponerte de nuevo a escribir ¿Has notado muchos cambios con tu escritura actual? ¿Qué es aquello que ahora mismo no repetirías?

Lo cierto es que al releer La tabla esmeralda me sorprendí a mí misma. Como segunda novela que es, esperaba encontrarme una historia algo más inmadura, pensé que iba a querer cambiar cada palabra cuando la leyese.

Pero no fue así: la disfruté como lectora, me encontré con unas tramas complejas pero bien construidas, que iban encajando a lo largo de la narración como un puzle, sin dejar cabos sueltos; por otro lado, los personajes estaban bien definidos, cada uno en su papel y en su momento histórico, el cual está detallado con rigor para trasladar al lector a los escenarios, pero sin abrumar con datos innecesarios. No, no cambiaría nada. De hecho, el reto fue mantener ese listón en El medallón de fuego.

También es verdad que ahora acumulo ya diez años de oficio y seis novelas y eso se puede percibir en que el estilo se ha afianzado, en que es más fluido, más pulido. Yo lo noto al escribir.

Pero para mí lo más importante es el veredicto del lector y, hasta ahora, quien ha leído tanto La tabla esmeralda como El medallón de fuego comparten conmigo esa percepción de que ambas novelas están al mismo nivel de calidad.

En esta novela notamos a una Ana más madura, segura de sí misma y con un poder de decisión que no encontramos en la novela anterior; sin embargo, sigue teniendo ese punto de ingenuidad en los aspectos personales, pero para ti ¿Cómo es Ana? ¿Qué cualidades y aspectos crees que la definen?

Creo que Ana es la típica persona que ha nacido en un ambiente acomodado, que forma parte de una generación que no ha tenido que enfrentarse a grandes tragedias, ni siquiera demasiados problemas serios. Eso hace que tenga un punto inmaduro, ingenuo, timorato, indeciso. Eso se percibe bien al comienzo de La tabla esmeralda. Pero lo bonito es que vamos a ir viendo cómo crece, cómo la vida y las situaciones a las que tiene que enfrentarse la van endureciendo y haciendo madurar porque es inteligente, sabe reconocer sus debilidades y sus errores y tiene la voluntad de enmendarlos.

En El medallón de fuego ya es una mujer con otro temperamento más firme, decidido e independiente y esa evolución se consolida a lo largo de la novela. Claro que, con todo, ella sigue sin ser perfecta. Si lo fuera, resultaría un personaje plano y poco creíble.

Ana no está sola en esta nueva aventura y es que de nuevo nos reencontraremos con Martin Lohse, Alain o Konrad. La historia de ellos se sitúa en la actualidad por lo que han pasado varios años y sus vidas también se han visto afectadas por el tiempo, tres hombre tan dispares pero que están vinculados afectivamente a Ana ¿Cuál crees que es la relación más compleja de las tres? ¿La que tiene con su “mentor” como es Martin, la que tiene con su exmarido Alain o la que empezó con Konrad años atrás?

Sin duda, su relación más compleja es con Konrad por la propia complejidad del personaje también. Sin caer en spoilers, Konrad es un personaje muy potente que pretende anularla, doblegarla pero de una forma sibilina, utilizando el cariño como excusa, eso hace que tenga con él una relación de amor odio que la desquicia.

Por otro lado, Alain parece ser el amor de su vida, pero es como si tuviesen todo en contra para que su relación termine de cuajar. Y en cuanto a Martin… Bueno, él es un tipo misterioso, atractivo, entrañable a la par que duro; ¡es imposible resistirse a él!

Portada de 'El medallón de fuego' de Carla Montero
Portada de ‘El medallón de fuego’ de Carla Montero

De nuevo la ambientación histórica forma parte indiscutible de la novela, porque la historia refleja dos periodos: el actual y el Berlín de Posguerra, aunque también se muestran otras épocas, pero es 1945 ese es uno de los puntos de partida de la historia porque es dónde se ve por última vez El Medallón de Hiram ¿Pero cuál es el verdadero significado del Medallón? ¿Es el valor material, económico o sentimental el que lleva a cientos de personas durante varias décadas a descubrir su paradero?

El medallón es una reliquia que supuestamente perteneció a Hiram, el arquitecto del templo de Salomón, y a la que la leyenda atribuye poderes mágicos. Esto hace que sea ambicionada por muchos, sobre todo, por determinadas sociedades masónicas para las que Hiram es una figura destacada, cuya historia inspira su fundación y sus ritos de iniciación.

Pero a lo largo de la novela, el lector va a ir descubriendo que lo importante no es tanto el valor intrínseco del objeto sino el que otros le otorgan. La cuestión no es si las leyendas son ciertas o no; el problema, como dice Ana, “es cuando hay alguien que cree en las leyendas y la gente empieza a matarse por ellas”.

En ese momento de la Historia en el que están siendo bombardeados y siendo testigos de cómo la gente muere casi sin descanso, y sin sentido ¿Por qué crees que intentan proteger ese objeto? ¿Crees que eran conscientes de lo que tenían entre sus manos?

Los personajes en realidad no son del todo conscientes del valor del medallón pero sí lo son del legado que se les ha trasmitido, de cómo la custodia de la reliquia ha supuesto sacrificios a los que les han precedido, incluso de sus vidas. Eso es lo que ellos no quieren que sea en balde, eso es lo que les motiva y no tanto el objeto en sí mismo, el cual perciben como una carga más que como una joya.

Al final, el medallón es casi una excusa para poner de manifiesto el enfrentamiento entre el bien y el mal, entre quienes abanderan la ambición, la codicia y la falta de escrúpulos y los que se mueven por el honor y la lealtad y dan prioridad a las personas sobre los objetos por muy mágicos que estos sean.

Ana de nuevo está inmersa en una investigación llevada a cabo por Martin Lohse, un hombre al que apenas conoce junto al que se adentra de nuevo en una misión. Deja su anodina vida para adentrarse en un mundo de poder, engaños y peligros ¿por qué lo hace realmente? ¿Es consciente de lo que supone? Y especialmente, ¿Por qué tiene ese vínculo tan cercano con Martin sin apenas saber nada de él?

Ana necesita demostrarse a sí misma que puede salir de su zona de confort, que puede quitarse las etiquetas que le han colgado -y ella misma se ha colgado cuando le convenía- de timorata, acomodada, dependiente… Es probable que no sea del todo consciente de los líos en los que se va a meter, o si lo es, prefiera ignorarlo.

Por otro lado, como he apuntado antes, Martin es un tipo atractivo, en todos los sentidos, no sólo en el físico, y es difícil resistirse a él. Además, él siempre ha estado en los momentos en los que Ana más lo necesitaba; en la sombra, ha velado por ella, la ha sacado de apuros. Ciertamente, ambos sienten el uno por el otro un vínculo especial aún sin conocerse demasiado. No es tan extraño, es algo que a veces nos pasa a nosotros mismos con determinadas personas con las que inmediatamente sientes una conexión especial sin saber por qué.

Foto de Carla Montero, autora de El medallón de fuego
Foto de Carla Montero, autora de El medallón de fuego

Alain y Konrad también son partícipes de esta aventura, muestran de verdad su personalidad y arriesgan todo por conseguir su propósito, aunque son seres muy distintos y te das cuenta a medida que lees la novela ¿Qué son para ti estos personajes? ¿Qué es lo que detestas y amas de ellos?

Para mí tienen la misma importancia que Ana. Ambos vienen de La tabla esmeralda y no se puede entender el pasado de Ana sin ellos. Son personajes antagónicos y aunque es cierto que ambos tienen claros sus objetivos, para Konrad, como persona sin escrúpulos que es, el fin justifica los medios, mientras que para Alain, no.

Alain es un buen tipo; a veces, parece que sólo mira por sí mismo, que es un individualista, pero sabe recapacitar y darse cuenta de sus errores. Él no está dispuesto a sacrificar su relación con Ana por nada. Konrad, en cambio, es un hombre oscuro y manipulador, que ejerce sobre Ana más poder del que a ella le gustaría, que la desestabiliza. Si bien, muy en el fondo, ella es también su talón de Aquiles. Su relación en muy compleja.

Aunque dices que es una novela independiente de La tabla esmeralda, creo que es fundamental haberla leído previamente para ponerte en antecedentes y es que la evolución y trama de los personaje es muy grande ¿Consideras que El medallón de fuego es la culminación de esta etapa de novela histórica y de aventura de Ana García-Brest o aun podremos disfrutarla de nuevo en otra arriesgada misión?

Es curioso porque los lectores que han leído La tabla esmeralda previamente son los que suelen consideran que es necesario haberlo hecho para leer El medallón de fuego. Es como si dijeran: sin todo lo que yo ya sé, la historia no se entendería. Pero lo cierto es que saben mucho más de lo que hace falta para entender El medallón de fuego.

Sin embargo, quienes abordan directamente la lectura de El medallón, al no tener ese prejuicio, no echan de menos haber leído La tabla. Las referencias al anterior libro están bien explicadas y el lector no se siente perdido o piensa que le falta información, en todo caso, siente curiosidad por saber qué les ocurrió a los personajes en La tabla esmeralda, pero lo soluciona leyéndolo después. En mi opinión, obviamente, la experiencia de lectura es más completa si se leen ambos libros en orden, pero sigo pensando que no es condición indispensable.

Dicho esto, lo mismo que cuando terminé de escribir La tabla esmeralda me parecía escuchar a Ana diciéndome: eh, que yo todavía tengo mucho que contar, ¿no irás a dejar mi historia aquí?, ahora, en cambio, me pide que le permita llevar por fin una existencia tranquila, que ya ha tenido suficientes emociones fuertes en su vida. De modo que no, no creo que Ana García-Brest vuelva a protagonizar otra aventura.

Tus novelas por regla general son protagonizadas por mujeres empoderadas, fuertes y nobles y es que todas tienen ese aura de valentía y de querer salir adelante ¿Por qué siempre mujeres? ¿Te sientes más segura a la hora de escribir sobre ellas? ¿Cómo sería tu personaje masculino idealizado? ¿En qué tipo de novela lo situarías?

Como mujer, me resulta más fácil construir personajes femeninos, comprenderlos, empatizar con ellos. De todos modos, me gusta que mis protagonistas estén rodeadas de personajes masculinos igual de potentes y bien definidos. Y, aunque ellas lleven la voz cantante, creo que en todas mis novelas hay una mezcla equilibrada de personajes femeninos y masculinos. Del mismo modo que en todas ellas hay un personaje masculino ideal, tanto héroe como villano, y estoy segura de que mis lectores pueden identificar perfectamente cuál es cada uno.

La acogida por parte de los lectores está siendo en bastante buena, yo la he disfrutado mucho, especialmente más por el enfoque personal de Ana, y es que la veo más entregada y esta historia en concreto es esencial para ella y cerrar varias etapas ¿Si tú tuvieras que hacer balance de la novela, qué crees que es lo que más está gustando a los lectores?

Una vez más, habría que distinguir entre los lectores que ya han leído La tabla esmeralda y los que no.

En el caso de los primeros, creo que les está resultando muy agradable regresar a ese universo de La tabla, el ver cómo han evolucionado los personajes y cómo se embarcan en una nueva aventura que les recuerda mucho a esa historia que en su día leyeron y terminaron con ganas de más.

Para los segundos está siendo una forma de adentrarse en una novela de aventuras histórica, con personajes atractivos y un escenario tan fascinante como es el Berlín de mayo de 1945. Es una lectura ágil e interesante que te hace pasar páginas sin darte cuenta.

Y ya para finalizar, recomendamos que todos lean El Medallón de fuego pero qué otras novelas no deberían de perderse nuestros lectores?

Si me preguntas por cuáles de mis libros recomiendo, dejo de lado la falsa modestia y te digo que todos. Si son libros de otros autores, hay tantos recomendables…

Por centrarnos, escogeré dos de los últimos que he leído: Los ingratos, de Pedro Simón, y El club de los mentirosos, de Mary Karr. Y siempre, siempre, recomiendo Rebeca, de Daphne du Maurier,  y Suite Francesa de Irène Némirovsky.

Si quieres saber más sobre Carla Montero no te pierdas la entrevista que le hicimos anteriormente y la reseña sobre su novela anterior El jardín de las mujeres Verelli

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Laura Rodríguez Durán
Laura Rodríguez Durán
Maestra de vocación y profesión a la que le encanta la literatura y poder compartir su afición con los demás a través de reseñas.

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