Grandeza y miseria de Hemingway

Hay en Hemingway, la serie documental que ha estrenado Filmin una riqueza biográfica que permite aceptar el adjetivo de definitiva. No es probable que surjan nuevos datos que apuntalen una visión diferente de la que nos dan, porque se trata de una análisis minucioso, descarnado, que no esconde las miserias ni elude las grandezas del escritor. Así, desde el primero de los tres capítulos se establece que era un hombre capaz de una gran generosidad al tiempo que podía exhibir una oscura mezquindad con quien le había ayudado en la vida. Podía establecer una amistad cordial con una persona y después hacerle un retrato cruel en su siguiente novela. Es el caso de Fiesta. Algunos de los amigos con los que bebió en Pamplona murieron sin saber porqué les había retratado en una caricatura impía. Fue un escritor colosal, creó un personaje aventurero y excesivo, y fue su primera víctima.

Inicios en Kansas

Una de las conclusiones de este colosal documental de cinco horas de duración es que Hemingway quiso ser escritor y lo fue. Puso su vida al servicio de su obra. No importaba el precio. Lo relevante era el resultado. Así, no dudó en destrozar la imagen de Sherwood Anderson, el escritor que más le ayudó en sus inicios, para conseguir librarse de un editor con el que tenía contrato. Anderson era una de las estrellas de la editorial. Y Hemingway envió a su editor un libro en el que se burlaba de su mentor. Un libro que nunca podría ver la luz en aquella editorial. Le sirvió para romper un contrato que le ataba y con el que se sentía incómodo.

La serie retrata con detalle la biografía del escritor: una familia numerosa, una madre inclinada hacia el arte, un padre que vuelve a casa derrotado por sus fracasos como médico. Un padre que termina su vida de un disparo. Hemingway comienza su carrera como periodista en Kansas. En el libro de estilo del periódico aprende las primeras grandes reglas: frases cortas, nada de adjetivos. Frases de verdad. La gran obsesión del escritor será la de pulir los textos hasta quitarles todo aquello que sobra. Para decir sin pronunciar: el principio del iceberg. Con esas herramientas va a la guerra. Regresa con heridas, en el cuerpo y en el alma. La guerra le deja el miedo a dormir solo, el pánico a la oscuridad. Comienza una obsesiva y disciplinada dedicación a la escritura. Volverá a las trincheras en la guerra civil española. Cuando ya era un escritor de éxito, a mil dólares la crónica.

hemingway

La serie no elude nada, ni los malos tratos que distribuyó entre sus mujeres, ni la adicción al alcohol, ni las miserables jugadas con las que desnudaba a sus amigos en sus obras. Les cambiaba el nombre, eso sí, para evitar querellas. Hemingway publicó primero los cuentos de En nuestro tiempo. Fueron un éxito, pero no fue aceptado como gran escritor hasta que publicó Fiesta. Escribía con una presión: Faulkner y Fitzgerald ya habían demostrado su valor. Y Hemingway lo hizo también. Eligió un estilo directo que entendía todo el mundo. Faulkner era difícil, su amiga Gertrud Stein también. Él no. Atrapa al lector con la estrategia de la sencillez, y luego juega con él como quiere.

El documental está dirigido por  Ken Burns («Los cinco de Central Park») junto a su colaboradora habitual Linn Novick. Las voces de  Jeff Daniels, Patricia Clarkson Meryl Streep, contribuyen a crear un retrato complejo y completo del escritor. Peter Coyote, narrador habitual de las películas de Burns y Novick, repite aquí como voz en off

El viejo y el mar y el perdón

Hay un episodio en la vida de Ernest Hemingway que ilustra a la perfección cómo el ganador del Emmy, Ken Burns, y su habitual colaboradora Linn Novick, han abordado la figura de uno de los escritores más influyentes de todos los tiempos. El propio Burns nos lo cuenta: «Cuando su cuarta esposa Mary Welsh, que había sufrido tanto como cualquiera de las otras esposas bajo sus circunstancias tiránicas, en algunos casos abusivas, y en algunos casos físicamente abusivas, leyó “El viejo y el mar”, le dijo a Hemingway: Tras leerlo, te perdono por todas las cosas horribles que has hecho«.

En la serie se cuenta también las peripecias del relato Allá en Michigan, que Fanfan grabó en podcast hace un para de años. Es un relato que Gertrud Stein consideró impublicable. Narra una violación. Y sirve, en la serie documental, para apuntalar la idea de que Hemingway no era un misógino sin sensibilidad para el alma femenina. Al contrario.

En Hemingway, conviven las dos caras del escritor: la del hombre enfermo, violento y detestable, y la del artista extraordinario, lúcido y sensible. «Es evidente que lo que hizo Hemingway es imperdonable, y no le perdonamos. Pero esta anécdota nos recuerda que ocurre algo espectacular con el arte, y él tuvo las llaves de ese algo espectacular durante mucho tiempo»Para Novick, Hemingway es un hombre de su tiempo, y no podemos cambiar su tiempo. En última instancia es una persona muy problemática, que debe luchar contra la enfermedad mental, las adicciones y la depresión. Entonces surge la eterna pregunta sobre el arte y el artista, que no es exclusiva de Hemingway sino que se repite en muchos de los grandes nombres de la Historia. 

Los dos directores, que en su obra han retratado a otras figuras clave de la historia de Estados Unidos como los Roosevelt, Jackie Robinson, Mark Twain o Muhammad Ali, huyen de juicios facilones a la hora de analizar a Hemingway: Es importante en nuestro trabajo tolerar la complejidad y la contradicción, afirma BurnsRechazamos la dicotomía entre buenos y malos tan propia de nuestro tiempo. Entonces, tenemos a un macho alpha que podría servir de ejemplo y advertencia de la masculinidad de una época pasada; y sin embargo tenemos también a un escritor con serios problemas de personalidad que escribió sobre las mujeres de un modo realmente extraordinario. Es imposible descalificarlo con un solo adjetivo. 

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Alfredo Urdaci
Alfredo Urdaci
Nacido en Pamplona en 1959. Estudié Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Premio fin de Carrera 1983. Estudié Filosofía en la Complutense. He trabajado en Diario 16, Radio Nacional de España y TVE. He publicado algunos libros y me gusta escribir sobre los libros que he leído, la música que he escuchado, las cosas que veo, y los restaurantes que he descubierto. Sin más pretensión que compartir la vida buena.

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