España vive una debacle institucional y en España fallida, John de Zulueta dice que la semilla se plantó con permiso de Zapatero, cuando anunció que aceptaría el estatuto de autonomía que aprobara el parlamento de Cataluña. John de Zulueta ha sido presidente del Circulo de empresarios y de Sanitas. Ha sido siempre un comunicador, una rara avis, porque los empresarios suelen estar en la sombra y se asoman poco a los medios. La élite de la economía suele tener mucho miedo al poder político. Pero de Zulueta viene de una cultura americana, en la que la sociedad civil pesa, interviene, critica, y propone. De ahí su libro España fallida, que es una crónica española desde los años de la crisis hasta hoy. Si hace unos meses el título pudiera haber parecido exagerado, el contexto de septiembre de 2023 lo hace actual, mesurado, exacto para describir la situación del país. John nos recibe en el centro de negocios donde tiene despacho. Es un hombre curioso, de talante optimista, sonríe con facilidad y tiene un agudo sentido del humor.
John es puntual. Las cinco de la tarde. Todo lo que le rodea le divierte y le interesa: la grabadora, la cámara de fotos, los podcast, y todo lo que termine en un acto de comunicación. Aprende en cada instante. Recuerda una entrevista en Informe semanal: sin darle clases, con solo su ejemplo, Fernando Ónega le enseñó la importancia de apoyar el discurso en el movimiento de las manos. Ha preparado esta entrevista: trae en unas fichas las ideas principales, y los titulares que que quiere dejar a la audiencia.
-Yo esperaba encontrar un empresario que se fuma un puro por la tarde
(Ríe) No. No soy de los poderes ocultos con intereses ocultos que dijo nuestro presidente en referencia a Ana Botín y a Galán. He sido presidente del Círculo de empresarios, y de ahí que Esfera de los libros me contactara para hacer un libro desde el punto de vista del empresario sobre la crisis que vivimos desde 2008 hasta hoy. Yo parto de la visión de un norteamericano. Tengo toda la historia de mi familia, del exilio. Vine con 14 años y el país me fascinó. La diferencia entre Nueva York y Madrid en 1961 era como la noche y el día. En EEUU yo era uno más en el mundo de los negocios. En España había muy pocos de mi generación que hablaran inglés. Yo tenía una visión más completa de lo que eran los negocios y aquí encontré un mundo empresarial cerrado, de pocas familias. El Círculo de empresarios nace en 1977, un poco antes de la CEOE. El Círculo es el centro de estadios, y la patronal es el centro de la negociación. Yo llevo veinte años en el Círculo. Y soy el experto en temas de sanidad. Nunca imaginé ser presidente pero Vega de Seoane me lo pidió, me lo pensé y lo hice. Empecé en marzo de 2018.
-Siempre has sido un empresario muy comunicador en un país en el que suelen estar en la sombra
Digo en mi libro que es un grito al estilo de Zola, una especie de Yo acuso de Zola. La situación actual es esperpéntica. Que un separatista con un 1,6 por ciento del voto tiene la llave del gobierno. Y hay un presidente dispuesto a usar esa llave, y eso también es inaudito. Un hombre que solo busca el poder personal a cualquier precio, eso es lo que estamos viendo. El problema nació con la ley electoral que tenemos, con mucho poder para los pequeños partidos. De Gaulle lo vio en Francia y estableció las dos vueltas. Los alemanes, después de Weimar pusieron el límite del cinco por ciento del voto nacional para entrar en el parlamento. Aquí no se puso el mínimo y eso es un grave error. El segundo error es que el Senado no tiene poder. No tenemos un sistema bicameral de verdad. Para que todo entrara en la Constitución se hizo un texto muy poco preciso, demasiado abierto.
-Hablas de un fracaso de las élites
Si. Esto lo sugirió Manuel Valls cuando vino y fue candidato a la alcaldía de Barcelona. Se trataba de dejar fuera de Lérida, Barcelona y Tarragona a los independentistas. Y Valls me dijo que la burguesía había fracasado estrepitosamente, por dejar hacer a Jordi Pujol lo que quisiera. Y algo parecido a ocurrido a nivel nacional. Los empresarios no han tomado medidas a tiempo y ahora estamos en manos de un fugado que tiene la llave. Y ahora, la amnistía. Casi todos los profesores de Constitucional dicen que no es posible, pero están buscando la manera de meterlo con calzador. Los siete escaños que necesita este hombre solo vienen con amnistía previa. Yo veo a los empresarios decaídos, con la moral por los suelos. Hay que tomar medidas, hay que gritar. El único que me llamó después del libro fue Rafael del Pino.
-Te preguntas en el libro dónde está la rebelión de las masas de la que hablaba Ortega y Gasset
Hemos sido borregos. Lo digo con la visión norteamericana. Me sorprende la pasividad del empresario que dice que mientras no le molesten no se va a meter con los políticos. Hay un miedo y hay un precio que todos creen que va a ser muy alto, y que van a tener que pagar. Porque la mayoría de las grandes empresas tienen alguna vinculación con los gobiernos.