A Peter Lindbergh y Azzedine Alaïa, el fotógrafo y el modisto, les unía un amor por el color negro que cultivaron por igual en impresiones sobre gelatina de plata y prendas de color liso. Lindbergh nunca dejó de recurrir al blanco y negro en su búsqueda de autenticidad para los rostros que fotografiaba. Alaïa se basó en el monocromo para crear verdaderas esculturas con ropas de diseño atemporal.
Un diálogo entre artistas
Este libro inmortaliza el singular diálogo entre ambos artistas. Sus imágenes ilustran su comunión espiritual y rinden homenaje a su asociación artística y a los logros históricos que alcanzaron en fotografía y moda. A pesar de proceder de lugares geográficamente muy alejados, Lindbergh y Alaïa persiguieron horizontes similares. Al tiempo que la reputación de Lindbergh crecía en Alemania gracias a su trabajo en la revista Stern e instalaba su estudio en París en 1978, Alaïa trabajaba envuelto en un aura de discreción, y sus sofisticadas técnicas eran el secreto más preciado entre las grandes clientas de la alta costura.
Alaïa se convirtió en el arquitecto de los cuerpos, que reveló y desveló, mientras Lindbergh los distinguió al iluminar su alma y personalidad. Paso a paso, se convirtieron en grandes nombres de sus respectivas disciplinas. Ambos rechazaron cualquier artificio que los distrajera de su verdadero objetivo, y les resultó muy fácil trabajar juntos en sus poderosas colaboraciones.
El cine en blanco y negro
Compartían inspiraciones y valores estéticos que se reflejan en todo su trabajo. Una playa en Le Touquet y las calles del viejo París aluden al amor que compartían por el cine en blanco y negro y los paisajes abiertos. Para uno, el telón de fondo de una sala de máquinas ilustra el recuerdo del paisaje industrial alemán; para el otro, hace referencia a la pasión desmedida por el diseño funcional y la arquitectura.
Las prendas de Alaïa actúan como pedestales para las sonrisas y los ojos de las mujeres que las visten: Nadja Auermann, Mariacarla Boscono, Naomi Campbell, Anna Cleveland, Dilone, Lucy Dixon, Vanessa Duve, Helene Fischer, Pia Frithiof, Jade Jagger, Maria Johnson, Milla Jovovich, Lynne Koester, Ariane Koizumi, Yasmin Le Bon, Madonna, Kristen McMenamy, Tatjana Patitz, Linda Spierings, Tina Turner, Marie-Sophie Wilson, Lindsey Wixson. Para Lindbergh, que asentó su fama sobre las imágenes de estas supermodelos, la autenticidad de sus rasgos era lo único importante. El resultado es un poderoso catálogo en blanco y negro donde resuenan la veracidad y la belleza.
El libro completa la exposición Azzedine Alaïa, Peter Lindbergh en la Fondation Azzedine Alaïa, en Paris. Incluye colaboraciones de Fabrice Hergott, director del Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris, Paolo Roversi, fotógrafo, y Olivier Saillard, historiador de la moda y director de la Fondation Azzedine Alaïa, París.
Peter Lindbergh, el fotógrafo que creó a las top model
Peter Lindbergh (1944-2019) fue un maestro de la fotografía que ha dejado su impronta en la historia de esta disciplina con éxitos profesionales tan extraordinarios como la primera portada de la edición estadounidense de Vogue con Anna Wintour como editora jefe, para la que reunió a un grupo de jóvenes mujeres que se convertirían en las supermodelos de la década de 1990, y numerosas exposiciones individuales en instituciones de prestigio mundial, como el Museo Pushkin en Moscú, el Centro Ullens de Arte Contemporáneo en Pekín y la galería Gagosian en Londres.
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