Sube el telón y estamos en Londres, en torno a 1950. Arthur Kipps es un abogado. No todo en su vida es racional. Está obsesionado con una maldición. Cree que sobre él y sobre su familia ha caído un mal fario lanzado por el espectro de una mujer. La escena se desarrolla en un teatro abandonado. Kipss ha alquilado el teatro. Ha contratado a un joven actor. Le pide que le ayude a contar su terrible historia. Se le ocurre que esa es la forma de vencer al miedo, convertir los temores en palabras. El relato nos irá adentrando en el alma de Kipps, en sus zonas más oscuras: niebla, misterio, terror. En el Teatro Muñoz Seca.
La obra más conocida de Susan Hill
La mujer de negro es una de esas obras que pasan décadas en la cartelera de Londres. Lleva treinta años ininterrumpidos sembrando el suspense y el terror entre los espectadores. Se trata de una versión de Stephen Mallatratt a partir de la obra de la escritora Susan Hill. Se ha traducido a doce idiomas y se ha representado en más de cuarenta países. Ahora llega al Muñoz Seca, dirigida por Victor Conde y con dos grandes actores: Jesús Cabrero y Javier Orán.
Víctor Conde es director de teatro y cineasta. De su extensa trayectoria podemos destacar la dirección de Cena para dos, protagonizada por José Luis López Vázquez, o La muerte de Woody Allen. Ha adaptado y dirigido Muerte en el Nilo y La Ratonera. Ha participado como director artístico en musicales como Mamma mia, La bella y la bestia y Cabaret. Es director y co-creador de The hole y director del musical El último jinete. Fue también el creador y director del espectáculo De Lolita a Lola, concierto teatralizado de Lolita Flores.
Jesús Cabrero es en esta obra un actor proteico capaz de transformarse en diferentes personajes en un ejercicio de transformismo sobresaliente
Los actores
La dirección escénica de Víctor Conde es brillante. Con muy pocos recursos es capaz de ampliar el pequeño espacio del escenario y abrirlo: paisajes, habitaciones, viajes en carreta. Se apoya en una iluminación minuciosa que carga de electricidad emocional las escenas más importantes. Desde el patio de butacas se siente la humedad de la niebla y la marisma, el aire viciado de una casa vacía, el frío de un cementerio.
Jesús Cabrero es en esta obra un actor proteico capaz de transformarse en diferentes personajes en un ejercicio de transformismo sobresaliente. Tengan en cuenta que estamos hablando de una novela adaptada al teatro, y que, por tanto, exige que dos actores tengan que cambiar de registro de forma continua. Cabrero y Orán están a la altura del desafío y se ganan al final de la obra un aplauso entusiasta de varios minutos. Orán representa a un hombre que se transforma. La experiencia convierte al joven y despreocupado actor de la primera escena en un hombre diferente, grave, que siente una honda preocupación. Su actuación refleja ese cambio radical con una eficacia rotunda.
La leyenda y la maldición
En la novela, Arthur Kipps recibe el encargo de viajar a un pueblo perdido en el interior del país. Se trata de un lugar oscuro y siniestro, rodeado de marismas brumosas. Kipps asiste al entierro de una anciana. No puede ni imaginar lo que le espera. En el encargo Kipps sólo ve la posibilidad de progresar profesionalmente. Lo necesita. Piensa en casarse y para conseguirlo, tiene que aumentar sus ingresos. Mientras intenta poner orden en el legado de la difunta, se le presenta una extraña aparición. Kipps se introduce en una historia que los lugareños intentan olvidar: la de una madre soltera que tuvo que dejar a su hijo al cuidado de su hermana. El niño se perdió en las marismas. La madre contempló la escena, impotente, desde la ventana de su casa.
Una vieja tradición conecta a Kipps con la historia trágica. Dicen en el lugar que cuando alguien ve el espectro de la madre es la señal de que va a morir un niño. La historia ha sido adaptada para la gran pantalla en una versión dirigida por James Watkins y protagonizada por Daniel Radcliffe. La mujer de negro es la más célebre novela de Susan Hill.
Susan Hill
Hill es una prolífica autora. En su obra se percibe la influencia de Daphne du Maurier, de las hermanas Brontë y de Virginia Wolf. Ha escrito también Extraño encuentro, Aire y Ángeles, La Muñeca y La señora De Winters. La mujer de negro está inserta en la mejor tradición británica de literatura de misterio y terror, de la que hemos publicado algún ejemplo en el podcast de FANFAN titulado Cuentos únicos.
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