Cuándo el mundo es miedo, sonidos al otro lado de la pared, atisbos de color y la radio
Sinopsis
Higinio Blanco fue concejal de izquierdas de su pueblo. Para escapar de las represalias durante la Guerra Civil, se esconde en un agujero. No espera que ese encierro vaya a durar unos largos 33 años.
Ficha técnica
- Director: Jon Garaño, Aitor Arregi, José Mari Goenaga
- Guión: Luiso Berdejo, José Mari Goenaga
- Reparto: Antonio de la Torre, Belén Cuesta
- País: España, Francia
- Duración: 147 minutos
- Música: Pascal Gaigne
- Fotografía: Javier Agirre Erauso
Comentario
Se estrena La trinchera infinita, triunfadora en el 67SSIFF junto a Pacificado, de la que hablaremos. Fue premiada con dos Conchas de Plata (Guión y Dirección) y varios premios no oficiales (Premio Feroz, Premio FIPRESCI…). Sorprende que un trabajo a seis manos pueda tener tal sensación de unidad.
La interpretación de Antonio de la Torre y Belén Cuesta son magníficas. Porque sus personajes han de evolucionar en el tiempo y no sólo por su caracterización. Al principio recién casados y enamorados, pero con el tiempo manifiestan sus deseos insatisfechos, sus frustraciones y su progresivo cansancio. Y ella, Rosa, mujer recia y decidida, mujer sola, es quién realmente saca adelante a su familia y a su esposo. Mientras Higinio sólo tiene dos momentos decisivos de valentía.
El trabajo de la ambientación es soberbio. Todo sucede en pequeños espacios cerrados. Todo visto es entre visillos, por un agujero en la pared, un mundo más auditivo que visual. La fotografía representa de modo perfecto esta sensación de encierro, de opresión, de luz artificial. Y ahí están los extractos de la radio, noticias y canciones que nos ponen al día de cómo evoluciona un mundo que no podemos ver. La ambientación sonora da contexto a Higinio, y cuerpo a esta cinta.
La historia nos lleva a una época triste de la historia reciente, dónde los rencores y envidias entre unos y otros sirvieron para engendrar las mayores crueldades e injusticias. Pero quizá la reflexión sea que si unos estaban encerrados, los otros también estaban atrapados en sus odios y obsesiones o en su visión estancada de la vida, por la trinchera infinita, la guerra que parece que nunca acaba.
Una película que merece la pena ver, aunque sólo sea por sus méritos puramente cinematográficos.
