Marc Chagall, el pintor poeta

Chagall. André Pieyre de Mandiargues. Traducción de Guillem Usandizaga. Elba Editorial

El Chagall de André Pieyre de Mandiargues es la primera publicación en español de este texto breve, claro, bello y profundo sobre el pintor ruso. Jean Frémon dice en el prólogo que podría haberse titulado «Chagall y los poetas», porque la tesis central del estudio es que Chagall es un poeta pintor, y así debe ser contemplada su obra, con los ojos de la poesía. por su «tendencia a lo extraordinario y a la irracional», que pasó desapercibida para pintores como Léger y Delaunay, que lo etiquetaron con desprecio como «pintor literario». Chagall, dice Pieyre, es un prodigio de la naturaleza, a pesar de ser, en esencia, un pintor urbano.

marc chagall

Ni el surrealismo, con el que tuvo alguna aproximación, ni el cubismo, aceptaron la dimensión mística de Chagall, de la que bebe su obra, y sin la cual, es imposible entender su pintura. Repasa el autor la amistad de Chagall con el poeta Cendrars, la cercanía con Apollinaire, la inspiración compartida con Paul Éluard. De Mandiargues dirá que es el «mayor y más original artista místico de la época moderna». Y explica unas lineas más adelante el alcance de esta afirmación: «el pintor no es un teólogo, es un apostol de amor, que se exalta con toda la flora de amor que ha crecido en la religión de su pueblo y en todas las religiones del universo, que se frota con ella y la acaricia, que se nutre de lla ávidamente, que se echa y se revuelca en ella como un animal, que salta encima y la sobrevuela con grandes impulsos angelicales».

Apunta de Mandiargues con buen sentido que Chagall habría gustado a Nieztsche, que apreciaba tanto las cualidades del bailarín, al que no habría sorprendido el misticismo de Chagall y «habría saludado en él al primer artista que pintó como se baila». Hay en Chagall, añade, una revuelta que comienza en la calidez del corazón y se levanta contra el rigor de la ley y contra la tiranía de la razón. En Chagall hay «un ahondamiento de la conciencia y del descubrimiento de un tipo de bondad a la que se podría llamar generosidad fantástica».

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El paraíso perdido

Chagall escribió sobre si mismo que le gustaba ser una sombra de «un paraíso perdido». Inocencia perdida. Mandiargues remite esa expresión al Génesis, y piensa que «resulta esencial para semejante comprensión la inmensa presencia animal, la coexistencia pacífica de todos los animales, los herbívoros con los carnívoros, el averío del aire con los nadadores del espacio acuático, la reunión y la confusión de todo lo que cobró vida en los varios elementos y que no conoce todavía la necesidad de conservar esa vida a través del odio, el asesinato y la devoración». Asnos, caballos, gallos, leones, bueyes y vacas, ningún pintor contemporáneo ha «puesto en escena a los animales con tanto gusto o pasión, con tanto ahínco y continuidad».

El autor profundiza en el simbolismo de Chagall, pero añade que no se debe juzgar al pintor por la simbología. El pintor lo explicaba así: «mi poesía es inesperada, oriental, suspendida entre Chuna y Europa, pero no hay que subrayar incesantemente su simbolismo». El libro avanza a través de preguntas, y relata influencias, viajes. Relata el éxito colosal que tuvo Chagall en México, y allí fue seminal, porque dejó una gran influencia que se puede rastrear en los mundos de Francisco Toledo. No me sorprende. Termina Mandiargues con esta frase con la que podemos confirmar la conexión entre el ruso y el mexicano: «el arte del pintor, a través de la primavera del amor universal, se ha identificado con la vida, e incluso en sus celebraciones más dramáticas lo que produce a los ojos es una fiesta».

El autor

André Pieyre de Mandiargues fue un destacado escritor francés, nacido en París en 1909 y fallecido en la misma ciudad en 1991. Su obra, rica y variada, abarca novelas, poesía, teatro y ensayos, y lo sitúa como una figura clave de la literatura francesa del siglo XX.

Características de su obra:

Vínculo con el surrealismo: Aunque no se adhirió completamente al movimiento surrealista, Mandiargues estuvo muy cerca de este grupo y compartió muchas de sus inquietudes estéticas. Su obra se caracteriza por un fuerte componente onírico, una exploración de lo erótico y lo morboso, y una búsqueda constante de lo extraño y lo fantástico.

Temas recurrentes: La muerte, el erotismo, la perversidad y la exploración de los límites de la sexualidad son temas recurrentes en su obra. Mandiargues no escatima en describir escenas explícitas y perturbadoras, lo que le ha valido tanto admiradores como detractores.

Estilo: Su estilo literario es complejo y elaborado, con una gran riqueza léxica y una marcada influencia del simbolismo. Sus descripciones son minuciosas y detalladas, creando atmósferas densas y cargadas de erotismo.

Reconocimiento: A pesar de su estilo provocativo, Mandiargues obtuvo un gran reconocimiento en el mundo literario. En 1967, recibió el prestigioso Premio Goncourt por su novela «La Marge» (en español, «Al margen»), una obra que se desarrolla en una Barcelona sórdida y prostibularia.

Aportes:

Maestro de la narración corta: Mandiargues es considerado uno de los grandes maestros de la narración corta, con obras como «El inglés descrito en un castillo cerrado».

Explorador de la sexualidad: Su obra contribuyó a ampliar los límites de la representación de la sexualidad en la literatura, abordando temas tabúes con una gran audacia.

Influencia en otros autores: Su estilo y sus temas han influido en numerosos escritores posteriores, tanto en Francia como en otros países.

Obras destacadas:

La Marge (1967): Novela ganadora del Premio Goncourt.

L’Âge de craie (1961): Recueil de poesía.

Dans les années sordides (1943): Primera novela publicada.

El inglés descrito en un castillo cerrado: Novela corta.

André Pieyre de Mandiargues fue un escritor audaz y original que dejó una huella imborrable en la literatura francesa. Su obra, marcada por la exploración de lo erótico y lo morboso, continúa siendo objeto de estudio y debate. Si te interesa la literatura francesa del siglo XX y las temáticas relacionadas con la sexualidad y lo extraño, la obra de Mandiargues es una lectura imprescindible.

Alfredo Urdaci
Alfredo Urdaci
Nacido en Pamplona en 1959. Estudié Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Premio fin de Carrera 1983. Estudié Filosofía en la Complutense. He trabajado en Diario 16, Radio Nacional de España y TVE. He publicado algunos libros y me gusta escribir sobre los libros que he leído, la música que he escuchado, las cosas que veo, y los restaurantes que he descubierto. Sin más pretensión que compartir la vida buena.

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