‘Hay momentos que deberían ser eternos’ lo mejor de Megan Maxwell

Hay momentos que deberían ser eternosMegan Maxwell – Esencia editorial- 16.90€ – 477 páginas

La autora por excelencia del género romántico es Megan Maxwell, con ese estilo propio de temática fresca, divertida, actual con toque erótico pero con pasión. Esa esencia está en cada una de sus novelas y en esta última Hay momentos que deberían ser eternos lo culmina a la perfección y es que esa mezcla de comedia romántica no excesiva pero con un toque jocoso es su firma indiscutible y la historia de Eva y Marc, creo que es de sus mejores obras. Sin duda, la opción perfecta para relajarte y leer algo ameno con dosis de humor y ternura

Sinopsis inicial

Eva es una mujer independiente, inteligente, atractiva y madura. Ella ha volcado toda su atención a su trabajo como chef pero también a su faceta como empresaria hotelera y es que el dinero no es algo que le importe demasiado porque lo posee desde su nacimiento, aun así ha sabido aprovechar al máximo su posición para invertir en nuevo proyectos que ha labrado con gran esfuerzo; no obstante, su faceta romántica no ha tenido el mismo éxito es por ello que ha renunciado al amor. Tiene relaciones esporádicas pero que no impliquen sentimientos y es que se niega a volver a sufrir por amor.

Portada de Hay momentos que deberían ser eternos de Megan Maxwell
Portada de Hay momentos que deberían ser eternos de Megan Maxwell

Su entorno laboral es fabuloso y el familiar aunque algo excéntrico también es idílico porque tiene una relación muy intensa con su hermanos, al igual que con sus padres. Es uno de ellos la causa por la que su vida se trastoca y no vuelve a ser tan sosegada como antes, pero por la que encuentra la verdadera felicidad. Y es que su anodina vida se voltea cuando conoce en la azotea de un hospital a Marc, más bien, el Doctor Sarriá, un apuesto médico oncólogo que aparece por sorpresa en un momento clave de su vida.

Son tan solo unos instantes donde hablan, un momento que debió de ser eterno y que se fraguó con una simple acción, la pérdida de un pasador de pelo. Ese objeto perteneciente a su abuela será el causante de que se vuelvan a encontrar, porque era un recuerdo del amor de sus abuelos y no quería perderlo por nada del mundo, supo que era una señal cuando él se lo devolvió pero no se quedaría en un simple gracias, debían de quedar para agradecer ese detalle y nada mejor que hacerlo en un restaurante de lujo y con una chef de prestigio. Era fácil encontrar reserva y es que sería en horario cerrado y con exclusividad para el cliente y es que Marc se lo merecía y ella que era la chef y cocinera del recinto por lo que la noche estaba segura de que sería todo un éxito.

Complicidad a raudales

La noche fue un éxito pero no fue la única vez que quedaron, ambos relajaron sus agendas o hacían huecos para verse aunque solo fueran unos instantes, su complicidad se hacía evidente pero ambos guardaban secretos que no querían sacar a la luz. No tenían nada serio, la diferencia de edad también parecía frenarles pero  ¿deberían intentarlo? Eso era difícil de saber porque a pesar de la vitalidad y entusiasmo continuo de ambos, la vida les frenó en seco.

Foto de Megan Maxwell, autora de Hay momentos que deberían ser eternos
Foto de Megan Maxwell, autora de Hay momentos que deberían ser eternos

Vivieron unos momentos tensos, amargos, emotivos pero reales porque el carácter afable de los dos vivía en un continuo vaivén. En un momento decidieron poner un punto a eso que podía haber sido eterno, quizás no era el momento, pero lo que sí tenían claro es que eran los idóneos, el uno para el otro ¿Qué es aquello que les separaba? Especialmente el miedo, ese miedo a ser feliz sin mirar más allá de un futuro inmediato.

Valoración personal

Hay momentos que deberían ser eternos ha sido para mí unos de los mejores libros que he leído este verano, es una novela perfecta para evadirte en cualquier estación del año pero sobretodo en la estival, tiene ese toque de sensibilidad a través de unos personajes únicos que te hacen soñar y te encogen el corazón en algunos de sus pasajes. Hacía tiempo que no leía nada de la autora pero estoy deseando encontrarme de nuevo con alguna de sus fantásticas historias donde ocurre de todo, donde sus personajes evolucionan y todo fluye de manera constante.

El único pero es el poco tiempo que ha estado entre mis manos porque no me duró apenas un par de días. Con ese estilo genuino de la autora, la historia tiene todos los tópicos que nos enamora y que al final termina con un epílogo que te deja con el corazón en vilo. Un libro que acabas con una gran sonrisa pero con la pena de acabarlo, sin duda una historia especial que leeré en alguna otra ocasión.

Otras novelas con toque romántico son: Notas para Grace, El vuelo de la mariposa, La trilogía de Santa Manuela

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Laura Rodríguez Durán
Laura Rodríguez Durán
Maestra de vocación y profesión a la que le encanta la literatura y poder compartir su afición con los demás a través de reseñas.

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