Se acercan las grandes celebraciones y, con ellas, los momentos para levantar nuestras copas y compartir buenos deseos. Por mucho que este año no podamos juntarnos en grupos numerosos, aprovechemos por ejemplo todo lo que hemos aprendido durante el confinamiento para realizar una videollamada con nuestros seres queridos. Así que vayan enfriando sus botellas de champagne, desempolvando su mejor cristalería y lean los consejos de los expertos para aprender a disfrutar del brindis perfecto.
Y para realizar el brindis perfecto, nada mejor que acudir al espumoso más internacional y antiguo del mundo: el champagne. Un vino con historia y galones, con el que se ha venido disfrutando a lo largo de tantos y tantos años. Con todo, una mala temperatura, una copa equivocada o una errónea conservación podrían tirar por tierra la mejor de nuestras intenciones. Por ello, desde FANFAN queremos recoger las recomendaciones de una referencia mundial en la materia, en búsqueda de ese brindis perfecto.
Cinco claves para el brindis perfecto
Para ello, escuchamos a Javier Martínez, Brand Ambassador del Champagne GH Mumm, que con su sello emblemático Grand Cordon detalla las claves para disfrutar de ese momento perfecto que supone un brindis con nuestros seres queridos. El champagne más vendido en Francia y el tercero en el mundo, bien merece que nos esmeremos en hacer las cosas como se deben.
La temperatura
Un champagne demasiado frío o, lo que es peor, demasiado caliente arruinaría la mejor de las cosechas. La temperatura ideal para disfrutar de este espumo se sitúa entre los 8 y los 10 grados centígrados. Por debajo de 8ºC se alteran los aromas e incluso, según los experos, se adormecen las papilas gustativas. Por encima, habrá un exceso de espuma, el descorche será más complicado y los aromas enmascarados.
La cristalería
Tenemos el champagne en su temperatura idónea y ¿lo vamos a servir en un vaso de sidra? Error. Desde GH Mumm, su Brand Ambasador nos invita a apostar por la copa de vino blanco como las idóneas para capturar el sabor específico del champagne. Ideales para el brindis perfecto. Las de forma de tulipán son una buena opción, ya que tienen suficiente espacio para permitir una completa efervescencia de la bebida.
La cantidad
Poco a poco. Tenemos el champagne a su temperatura y las copas perfectas, pero ¿cómo servirlas para no arruinar el brindis? Javier Martínez nos enseña que “hay que servirlo en dos fases para potenciar el carbónico y así generar más burbujas». Nunca llene las copas hasta arriba.
Un truco: verter una cantidad inicial de champagne inclinando lentamente la copa (el flujo a lo largo de la pared promoverá la formación de burbujas), tomar una pausa para permitir que la espuma se asiente, y verter una segunda vez para llenar dos tercios de la copa.
El descorche
Olvídense de las imágenes que han visto en la Fórmula 1. Esa es otro tipo de fiesta. Para nuestro brindis perfecto vamos a exigir discreción. Nada de lanzar al aire el corcho. Otro truco de experto es voltear primero suavemente la botella boca abajo para conseguir una temperatura uniforme.
Llegado el momento, tomar la botella con una mano sosteniéndola siempre por el cuerpo y no por el cuello y retirar la cobertura. Aflojar la jaula de alambre y liberar el corcho discretamente. Si lo hace correctamente, apenas se apreciará el sonido del descorche.
La conservación
Con todo lo anterior aprendido, de poco nos servirá si hemos tenido todo el año el champagne a pleno sol y en la habitación más cálida. Como vino que es, requiere de un lugar fresco y con poca luz. No hay que conservarlo en la nevera durante mucho tiempo, pues el corcho terminará secándose y perdiendo eficacia. Si el sellado no es perfecto, el champagne se irá oxidando y cambiando sus aromas. Bastará con tenerlo desde unos días antes en la nevera.
De la mano de los expertos
Llegados a este punto, y habiendo escuchado a los que saben, nuestro consejo es que levanten sus copas y compartan con los suyos, ya sea presencial o telemáticamente, sus mejores deseos con el brindis perfecto. Desde FANFAN seguimos apostando por ampliar conocimientos de la mano de los que más saben. Apostando por aprender a disfrutar del champagne de una manera correcta. O conocer curiosidades sobre el caviar. Leer sobre los mejores aceites de oliva del mundo. Ampliar vocabulario sobre el pan. Saber qué es la montanera…