Arte

Nostalgia del vendedor en las fotografías de Ole Joergensen

Ole Marius Joergensen es un fotógrafo noruego que comenzó en el cine. Su formación académica viene de ese mundo. Se nota. Sus imágenes deben mucho a la forma de iluminar para las películas, que buscan crear un ambiente, sugerir sentimientos a través del tono y del color de la luz. Su capacidad de crear atmósferas con propósitos narrativos se muestra en esta serie sobre el vendedor, esa figura que murió con la tecnología, el hombre (generalmente eran hombres) que vendían puerta a puerta. Lo digital los dejó en el olvido. Eran una de las figuras más poéticas del capitalismo predigital. Muerte de un viajante, de Arthur Miller, exploró su mundo y a la vez lo convirtió en una figura literaria de referencia. Ole Marius Joergensen lo recrea en una serie de fotografías de una gran capacidad narrativa.

Giorgio Morandi, visto de cerca por su mejor amigo, crítico y coleccionista

Una vida tan recogida como la de Giorgio Morandi, una dedicación tan monacal a la pintura, tan concentrada, tan entregada, en cuerpo y alma, tan silenciosa, requiere un despliegue racional, una explicación desde fuera que solo un gran amigo, cercano, observador, está en condiciones de desarrollar. Ese papel, en el caso de Giorgio Morandi, lo ejerce Luigi Magnani, desde la amistad, desde la admiración, y desde el gusto por el arte. Mi Morandi es un libro tan interesante, con tanta sabiduría sobre la pintura, y sobre la postura del artista ante la vida, que el lector no deja de tomar notas, subrayar y destacar frases, párrafos, ideas

Luciano Díaz-Castilla expone los dibujos de «Toda una vida»

Viernes 22 de octubre. Ávila. Entre mascarillas, que apenas permitían reconocernos, Luciano Díaz-Castilla inauguró una exposición que lleva el título de "Toda una vida", como si el bolero que ha bailado con el arte siguiera sonando hasta la eternidad. No es que se haya cerrado la música, sino que Luciano, mirando desde la estación de los 81 años, repasa su vida a través de los dibujos, la evolución de su arte, los motivos que ha elegido para esa transfiguración que es convertir lo real en forma y color, en luz pasada por el tamiz de la conciencia. Como escribe Sánchez Rodríguez en el cartón que te entregan en la entrada, la exposición es "el relato de un tiempo ya embridado, el testimonio de una trayectoria impecable que con el transcurso de 81 años es testamento vital de una creatividad leal al espíritu que gobierna la mano, de una autenticidad indubitada que trasciende para desde el hoy, posibilitar que germine una improvisada eternidad.... entonces estamos ante el prodigio"

Antoine d’Agata revisa en Paris su obra sobre México.

La obra del fotógrafo Antoine d’Agata se expone en la galería  Les filles du calvaire hasta el 4 de diciembre. Violento, oscuro, perturbador, este prolífico artista reúne el resultado de sus numerosos viajes a México, que se ha convertido para d’Agata en un terreno de experimentación. Imágenes que pertenecen a treinta y cinco viajes. En la muestra hay dos historias que circulan paralelas: la de México y la de las relaciones del autor con la violencia en una comunidad que se desintegra.

Amanda Ba, la pintora del rojo y de lo grotesco

Amanda Ba pinta personajes enérgicos, más grandes que la vida, que habitan en un mundo hipotético, concebidos completamente en su mente. Las pinturas de Amanda Ba son un asalto a los sentidos. Siempre visceral y profundamente personal, la artista chino-estadounidense nacida en Ohio y residente en Londres se basa en la teoría crítica del académico Mel Chen y de la profesora Donna Haraway para evocar escenas más grandes que la vida, que parecen cobrar vida en el lienzo.

Los mundos de Francisco Toledo, en Casa de México

No queda ningún rincón de actividad humana que no haya sido explorado por el talento creativo de Francisco Toledo. En su obra el arte se mezcla con la artesanía y el diseño da forma a cualquier actividad, a todos los objetos. La exposición Toledo ve es la muestra más completa del artista. Reúne todo lo que forma una visión del mundo provocadora, divertida, explosiva de humor y de ironía. La exposición reúne más de seiscientas piezas entre las que destacan la sala infantil con una instalación de cincuenta y cuatro metros cuadrados de azulejos hidráulicos, una colección de más de doscientas piezas de joyería y una instalación en la escalinata central de Casa de México en España que incluye ciento cuarenta papalotes o cometas.

Gavin Goodman y el papel como vestido

Gavin Goodman tan solo necesita un poco de papel plegado, una modelo con una piel que ofrezca contraste, y una iluminación muy cuidada: apenas dos fuentes de luz. El resultado es sorprendente. Para conseguirlo, pidió ayuda a un experto en origami, esa técnica japonesa del plegado del papel, y un material que fuera capaz de reflejar la luz con un efecto difuminado, como si fuera alabastro. La serie de Gavin Goodman se llama Luhlaza, que en xhosa, la lengua mayoritaria en Ciudad del Cabo, significa verde

Retratos de 60 minutos de silencio

Sin móviles, en silencio, sin decir nada. Sin distracciones. El sujeto se sienta frente a la cámara, y el fotógrafo va tomando retratos de una situación insólita, anormal, ajena a nuestra vida, a la vida de hoy. Donald Michael Chambers es el fotógrafo. Tiene su estudio en Copenhague. Ha sentado frente a su cámara a treinta personas. Todas las sesiones tienen la misma condición. No hay conversación, no hay un intercambio de noticias banales y comentarios entre el fotógrafo y el sujeto, esa "distracción" técnica que el fotógrafo utiliza para que el sujeto se desarme, nos enseñe su verdadera alma. El trabajo está inspirado por los meses de confinamiento durante el COVID. El resultado es interesante: ¿quién somos? ¿cuál es nuestra identidad revelada cuando estamos solos? ¿qué se mueve en nuestro interior cuando se corta la comunicación con el exterior?
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