Arte

‘Sales de plata’, el reino de la fotografía analógica

ales de plata se abre a la calle Lope de Vega, junto a una tienda de zapatos a medida, cerca de un restaurante con estrella Michelín, en el Barrio de las Letras, en el corazón de Madrid. Las calles llevan el nombre de Lope de Vega, de Cervantes. Es tarde de viernes y pasean por estos callejones grupos de estudiantes de bachillerato. Un profesor les recita el soneto de Quevedo dedicado a Góngora en el que evoca con estilo hiperbólico el tamaño de su nariz: "las doce tribus de narices era".

William Klein, el fotógrafo crudo

Entre los diez consejos más repetidos a los jóvenes fotógrafos está el de la distancia. La calidad de la fotografía es inversamente proporcional a la cercanía con respecto al objeto, o al sujeto. Dicho en palabras de Robert Capa: si tus fotos no son buenas es que no las has tomado lo suficientemente cerca. Para salvar esta distancia se inventó el zoom. Pero los veteranos aconsejan salir a la calle con un solo objetivo. El zoom son los pies.

Pérez Siquier, el cazador de imágenes

Un cazador. Era banquero y dejó la caja, los balances y el arqueo de la contabilidad para dedicarse a su pasión: la fotografía. La descubrió en las calles de La Chanca, el barrio de Almería que cuelga de la Alcazaba. Eran los años 50. Finales de la década. Pérez Siquier se adelantó a la curiosidad de Goytisolo, que publicó su novela/reportaje en París en el año 62. En España no se publicaría hasta veinte años después, en 1981. A Goytisolo le declararon persona non grata por aquel relato de las condiciones infrahumanas en las que vivía aquella gente. Nada especial esa declaración si tenemos en cuenta que un alcalde, después de leer su otro libro de viajes, Campos de Níjar, prometió colgarle de los testículos si volvía a aparecer por aquella tierra. No estaban para bromas.

La geometría poética de Piero della Francesca, según Roberto Longhi

Piero della Francesca. Roberto Longhi. Traducción de José Ramón Monreal. Prólogo de Artur Ramon. Elba editorial Piero della Francesca es el gozne sobre el que...

Antoine d’Agata revisa en Paris su obra sobre México.

La obra del fotógrafo Antoine d’Agata se expone en la galería  Les filles du calvaire hasta el 4 de diciembre. Violento, oscuro, perturbador, este prolífico artista reúne el resultado de sus numerosos viajes a México, que se ha convertido para d’Agata en un terreno de experimentación. Imágenes que pertenecen a treinta y cinco viajes. En la muestra hay dos historias que circulan paralelas: la de México y la de las relaciones del autor con la violencia en una comunidad que se desintegra.

Giorgio Morandi, visto de cerca por su mejor amigo, crítico y coleccionista

Una vida tan recogida como la de Giorgio Morandi, una dedicación tan monacal a la pintura, tan concentrada, tan entregada, en cuerpo y alma, tan silenciosa, requiere un despliegue racional, una explicación desde fuera que solo un gran amigo, cercano, observador, está en condiciones de desarrollar. Ese papel, en el caso de Giorgio Morandi, lo ejerce Luigi Magnani, desde la amistad, desde la admiración, y desde el gusto por el arte. Mi Morandi es un libro tan interesante, con tanta sabiduría sobre la pintura, y sobre la postura del artista ante la vida, que el lector no deja de tomar notas, subrayar y destacar frases, párrafos, ideas

Luciano Díaz-Castilla expone los dibujos de «Toda una vida»

Viernes 22 de octubre. Ávila. Entre mascarillas, que apenas permitían reconocernos, Luciano Díaz-Castilla inauguró una exposición que lleva el título de "Toda una vida", como si el bolero que ha bailado con el arte siguiera sonando hasta la eternidad. No es que se haya cerrado la música, sino que Luciano, mirando desde la estación de los 81 años, repasa su vida a través de los dibujos, la evolución de su arte, los motivos que ha elegido para esa transfiguración que es convertir lo real en forma y color, en luz pasada por el tamiz de la conciencia. Como escribe Sánchez Rodríguez en el cartón que te entregan en la entrada, la exposición es "el relato de un tiempo ya embridado, el testimonio de una trayectoria impecable que con el transcurso de 81 años es testamento vital de una creatividad leal al espíritu que gobierna la mano, de una autenticidad indubitada que trasciende para desde el hoy, posibilitar que germine una improvisada eternidad.... entonces estamos ante el prodigio"

Chema Madoz y lo siniestro de la crueldad

Una espada de esgrima cruza en diagonal el fondo de la sala. La imagen es de tamaño mural. La cazoleta tiene escritas las horas del tiempo con números romanos. No hay manecillas. El tiempo certero se proyecta hacia adelante con un único sentido: el dramático presente. Una pareja juega con la imagen de Chema Madoz para hacer su propia versión, quizá para Instagram
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