Entrevistas

Blas Piñero, traductor de La frontera, de Can Xue: «su obra es un juego de tensión entre lo consciente y lo inconsciente»

Al presentar La frontera de Can Xue, publicada por Hermida editores, destacamos el trabajo de Blas Piñero, su traductor. En esta entrevista con FANFAN, Piñero nos habla de la obra de Can Xue, del alcance y misión de su literatura. Para Piñero, la obra de esta escritora china que llega por primera vez al público español, está marcada por el trauma provocado por las heridas de la China contemporánea: hambrunas, revoluciones, persecuciones ideológicas y un cambio que arrasado una lengua y una cultura de tradición milenaria. Piñero asegura que en la obra de Can Xue "hay la necesidad de dar un lenguaje a la barbarie, a la herida de la separación y la pérdida, para asumirlos y superarlos" Las palabras de Piñero nos acercan más a una autora difícil, deslumbrante, con una mirada insólita, mágica y profunda, desde la que construye una literatura sorprendente

Pepe Castro y la aventura inagotable del retrato

"Un fotógrafo lo es desde siempre", es decir que uno es fotógrafo porque nace con una inclinación a mirar, a buscar un encuadre, a guardar imágenes como las que almacenas en una memoria usb. Pepe Castro, maestro de fotografía, uno de los grandes del género del retrato, habla con una seguridad firme de sus comienzos. Llegó a la fotografía cuando había probado otras cosas. Tenía negocios de hostelería. Los dejó por las cámaras. Se convirtió en un profesional. Se recuerda de niño, en el Calderón, con su padre. No miraba a los futbolistas sino a los fotógrafos de prensa y sus grandes teleobjetivos. Era fotógrafo desde siempre. Era su forma de ser. En esta entrevista hablamos de su vida, de su idea de la fotografía, de las estrategias para que hombres y mujeres abran su alma ante el oscuro deseo de las lentes. ¿Por qué no nos reconocemos cuando nos vemos retratados? Uno debe convivir con un retrato de Pepe Castro durante un tiempo y quizá, les pasa a sus retratados, llega un momento en que perciben que esa es la mejor de sus imágenes.

Santiago Cantera, el benedictino que guarda la historia de Europa

Llueve recio en el Valle y el agua se escurre por el granito en gruesos goterones. La cruz entre nieblas. El gran patio de entrada a la abadía, desierto. Las puertas están cerradas a cal y canto, así que uno busca el ingreso y termina en la cocina, donde un benedictino me da las indicaciones oportunas para llegar a la portería. Uno va pensando en la misericordia del café y del calor del hogar, porque el agua se desliza por el cuello con una amenaza de bronquitis. La portería es cálida, y el prior amable y de sonrisa serena. De fondo el bosque y sus honduras. Se oye al cuco y el martilleo de un pájaro carpintero. El libro de Santiago Cantera, La crisis de occidente, editado por Sekotia, ha llegado a la tercera edición. Nos sentamos en una sala adjunta a la entrada. Al otro lado, la clausura.

Rita Sánchez, embajadora de la cocina mexicana: «tengo en la memoria todos los sabores de mi vida»

Rita es en España "la cocina mexicana". Sin más. Nada menos. Nació en Guadalajara de Jalisco. Viene de familia numerosa. Así que creció en los fogones, acostumbrada, como dice "a ver cazos grandes, ya que éramos once de familia, más los invitados que nunca faltaban desde el desayuno hasta la cena. Nadie se resistía a la sazón de mi mamá, que heredó de mi abuelita. Tradición que pasa de madres a hijas y de suegras a nueras". Tiene el español de Rita una música que uno no se cansa de escuchar. Una melodía que viene de antiguo, como una lengua que los españoles hubiéramos perdido y se hubiera conservado al otro lado del océano, enriquecido, amasado con suavidad. Y así también pasa con las historias que cuenta esta mujer que atesora un saber enciclopédico sobre la cocina mexicana. Todo un mundo.

Hannan Serroukh, el coraje como principio vital

Barcelona. En la explanada de la estación de Sants una señora de pelo crespo de peluque- ría le grita a un teléfono móvil de aquellos de bisagra. Aspira las eses y golpea el acento de las palabras agudas. A su lado, un marido inmóvil y silente custodia dos maletas colosales. La hija del matrimonio no les encuentra. Al final los localiza, no por el teléfono sino por las voces estridentes de la mujer. España como plaza de un pueblo. Escenas repetidas en un mundo de nómadas. En el Paseo de Gracia los hay de los cinco continentes. Visten mini shorts y camisetas. Solo los dependientes de las tiendas de lujo llevan traje negro y unas corbatas estrechas como sables. El portero del hotel donde hemos quedado con Hannan nos saluda en inglés. Y tan feliz.

‘Erotismo, vanidad, codicia y poder’, de Axel Capriles, la eterna danza de las pasiones del alma

Mitos, cine, literatura y actualidad. Axel Capriles mira las pasiones con la fuerza analítica de un psicólogo de la escuela de Jung pero se hace preguntas que cuestionan el sentido de la declinación actual de la pasión, esa fuerza eterna de lo humano. Las pasiones pasaron de ser impulsos expulsados de la psicología ( desde el siglo XIX) a ser vistas como programas superiores para la adaptación al medio, «sistemas de relaciones y cadenas de información surgidos de los agregados estadísticos de la presión selectiva, la reproducción y la persistencia de genes que incrementaron la posibilidad y la procesos y diseños relevantes para la adaptación al medio». Pero ¿qué pasa con las pasiones que nos destruyen? El hombre es el carácter, decían los griegos. La pasión, las pasiones pasan a ser, según Capriles, las formas del «desarrollo personal y colectivo». Y con esa premisa, Capriles se asoma al ser contemporáneo de pasiones que nos expresan, con las que traducimos el sentido de nuestras vidas.

Una entrevista con el autor de ‘La edad de las nueces’, la infancia en la Roma imperial

En el prólogo a La edad de las nueces, Gregorio Luri comienza por confesar que al leer el libro ha tenido la impresión de que la vida de los niños de la Roma clásica se parecía mucho a la suya. Una proximidad biográfica. Esas similitudes, que salvan muchas distancias, llegan hasta los nacidos en la era digital. La niñez de los analógicos era un tiempo que se vivía en la calle, entre juegos que tenían mucho de imaginación y poco de tecnología. De ahí que Luri recuerde a Horacio: "¿De qué ríes? Si cambias los nombres de los niños, esta historia habla de tu infancia".

‘Aprendívoros’, de Santiago Beruete: la curiosidad como cualidad esencial

Confieso que abrí Aprendívoros con una curiosidad efervescente. La curiosidad no mató al gato, como dice la fórmula popular. La curiosidad lo convirtió en tigre. Estoy de acuerdo con el autor en que quizá es la virtud más útil para nuestro mundo, y para el que viene: la curiosidad es siempre crítica, no se conforma con el primer puesto de helados, es inquisidora, desconfía de las modas, recela de los dogmas, es alérgica a los grandes discursos, y sin tener que caer en la llamada escuela de la sospecha, es una actitud humana creadora, vigilante, que nos permite crecer como humanos y preservar la especie. Tuve en la primera aproximación a este libro magnífico un destello de desconfianza: temí que detrás del título anidara el enésimo libro apocalíptico que nos advierte del fin del mundo. Me equivoqué. Hay algún pasaje en que la intensidad de la advertencia climática es alta. Pero Beruete busca una fusión de lo humano con lo cósmico, y en ese camino es apasionado, y profundamente humano.
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